Sunday, January 20, 2008

«Gran persona, muy humilde y agradable»


El nuevo Superior de los Jesuitas, el palentino Adolfo Nicolás, siempre ha encontrado en Villamuriel de Cerrato (Palencia), su localidad natal, la bienvenida de sus amigos Amelia y Fidel, que lo definen como una gran persona, muy humilde, y sobre todo un hombre abierto, ameno y agradable.
Nació el 29 de abril de 1936 en la calle Mayor de Villamuriel de Cerrato, población de cerca de 6.000 habitantes a unos 7 kilómetros al sur de la capital palentina, es el tercero de los cuatro hijos de Modesta Chacón, natural de Villalaco (Palencia) y Adolfo Nicolás, un burgalés de profesión guarnicionero.
Mientras Adolfo Nicolás era elegido ayer en Roma nuevo Superior de los Jesuitas, en una vivienda ubicada detrás de la iglesia de Villamuriel de Cerrato el matrimonio formado por Amelia Pinacho y Fidel Miguel se alegraba por su 'amigo'. Ya por la tarde se lo dijo el párroco de la localidad, don Angel, encantado y orgulloso de que un personaje tan ilustre hubiera nacido en Villamuriel, ha explicado Amelia a Efe.
Aunque el nuevo Superior de los Jesuitas sólo vivió un par de años en Villamuriel, la amistad que siempre unió a los padres de Amelia y Fidel con los padres de Adolfo fue suficiente para que el ahora 'Papa negro' -como es conocido popularmente el máximo dirigente de los Jesuitas- visitara muy de vez en cuando al matrimonio. 'Eramos vecinos, en un tiempo en que no había televisión y ser vecino era como ser de la familia', manifiesta Amelia, quien recuerda cómo la familia de Adolfo tuvo que irse a Madrid cuando él ni siquiera tenía dos años y su hermano, el pequeño, todavía no había nacido.
'El no venía mucho por aquí, porque siempre estaba en las misiones, en Japón', aunque no faltó una Navidad en que no se escribieran, pero cada vez que había reuniones misioneras en Las Nazarenas de Palencia, Amelia y Fidel recibían la visita de Adolfo, que en muchas ocasiones se quedaba a dormir en su casa.
'La última vez, hace seis o siete años, ni siquiera tuvo tiempo de quedarse a comer', ha apuntado Amelia. Esta mujer de 75 años, que lo primero que va a hacer es escribir al jesuita para felicitarle, define a Adolfo como un hombre 'muy humilde, abierto y agradable'. 'Además siempre ha sido muy ameno, cada vez que venía, encandilaba a mis seis hijos con sus juegos de magia y sus historias sobre Japón', ha añadido.
Hoy en Villamuriel de Cerrato el nombre de Adolfo Nicolás recorre las calles en busca de recuerdos que completen la historia del nuevo 'Papa negro', aunque la mayoría, como el alcalde de la localidad, Santiago Pellejo, estén más sorprendidos que otra cosa, porque jamás habían oído hablar de él.

En tanto, el ex director de Informativos Radio Vaticano y coordinador de Loyola Media Bilbao, Ignacio Arregui, aseguró que con la elección de Adolfo Nicolás Pachón como superior general de la Compañía de Jesús, ésta "vuelve su mirada a Asia", una zona con "importantes desafíos religiosos".
El nuevo General de los jesuitas es un teólogo especializado en Semiología, pero hoy día sólo se habla de su conocimiento de Asia. Adolfo Nicolás es un orientalista nacido en 1936, año del inicio de la Guerra Civil española, en Villamuriel de Cerrato (Palencia), la que recuerda como “el pueblo de mis abuelos”.
Al poco tiempo se trasladó a Cataluña. En declaraciones a Herri Irratia-Loyola Media, recogidas por Europa Press, Arregui afirmó que la designación "ha sido recibido bien, en general" por el conjunto de la Compañía ya que abre "la vocación de ésta hacia la universalidad". El ex responsable de Radio Vaticano recordó que el nuevo Papa Negro estuvo destinado en Japón durante muchos años, "habiendo comprendido la cultural japonesa y habiendo trabajado a favor del diálogo interreligioso de la Iglesia Católica y otras religiones".
Él considera que la elección supone que la Compañía de Jesús "vuelve su mirada hacia los países del continente asiático", entre ellos Japón, China, India, Corea y Filipinas, en los que "se juegan algunos de los más importantes desafíos religiosos, culturales y económicos de los próximos años".
Hasta ahora, cuando tendrá que residir en Roma, Nicolás vivía en Filipinas, terminados sus años en Japón. José María Fernández Martos, jesuita, quien fuera provincial de España, y también amigo de Nicolás, destacó su compromiso social: “Todo eso le hace ser un hombre de hoy, muy abierto. Tiene una honda conciencia de la Justicia Social. Por ejemplo, él trasladó el teologado jesuita a un barrio pobre de Tokio (Japón) y en Filipinas ha vivido también en un barrio pobre”. Joaquín Salord, jesuita que trabaja en Camboya comenta “Es muy abierto, sabe mucho del diálogo interreligioso, domina el tema del budismo, y el sintoismo y ha sido consejero en el sínodo de obispos de Asia”.
Su amigo, el jesuita Fernando García Gutiérrez, destaca “su compromiso con el diálogo interreligioso y el diálogo entre culturas".
El diario oficial de la Santa Sede, L'Osservatore Romano, señaló que Nicolás ha sido presentado como un hombre “abierto al diálogo”.
La experiencia de Nicolás en Asia lo ayudará “a entender el mundo, y la iglesia, desde una perspectiva no europea”, dijo en un mensaje James Martin, un sacerdote que es editor adjunto de América Magazine, una publicación jesuita cuyas oficinas se hallan en Nueva York.
Fuente: El Periodista Digital

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