Sunday, January 20, 2008

Los jesuitas eligen continuidad y colaboración dialéctica con el Vaticano

No es verdad que haya sido una sorpresa la elección de Adolfo Nicolás como general de los jesuitas. Nosotros mismos escribíamos el martes pasado día 15 en nuestra sexta crónica de la 35ª Congregación: 'Otros candidatos que suenan son Mark Rostaert, presidente de la conferencia europea de provinciales, y Federico Lombardi, actual portavoz vaticano. También se habla de españoles, como el superior Elías Royón, (que sin embargo ha cumplido ya los 70 años) o Adolfo de Nicolás, afincado en Japón y que ha participado en la comisión preparatoria'. Y atención, porque la 35ª Congregación no ha terminado, sino que se prolonga todavía durante mes y medio, y le queda lo más importante: poner a la Compañía en el siglo XXI.

Kolvenbach se despidió diciendo que al elegir como General "a uno u otro entre los miles de jesuitas capaces de llegar a serlo, la Compañía dice entonces a que se atiene para su devenir: un profeta o un sabio, un innovador o un moderador, un contemplativo o un hombre de unión... El jesuita que necesitamos para avanzar por los caminos de Dios'.

¿A cuál de las categorías pertenece Adolfo Nicolas? Considerarlo innovador con sus 72 años, resulta gratuito. Tampoco es un profeta ni un contemplativo. En mi opinión, se ha elegido a un hombre de unión, bastante sabio y por su larga experiencia, de talante sin duda moderador. Y además, es un teólogo especializado en Semiología, lo que no me parece ninguna broma y sí un signo de los tiempos.

Se pedía «alguien que conozca bien Asia y Oriente Medio, pero que conozca Roma». Nicolás responde con creces a lo primero, pero con escasez a lo segundo. Aunque según sus primeras biografías habría estado únicamente un curso en Roma, en 1971, haciendo un master en teología sacra en la Gregoriana, la biografía oficial publicada por la Provincia de Castilla afirma que de 1968 a1 971 hizo el doctorado en Teología, en esa universidad romana. En todo caso, poco tiempo, y nada de Curia. Además su tesis doctoral estuvo bajo la dirección de Juan Alfaro, asesor del concilio Varicano II y junto con Karl Rahner, Congar y Schillebeeckx, del grupo 'renovador', y se tituló ni más ni menos que Teología del Progreso, 'un faro ideológico' para teólogos progresistas y partidarios de avanzar desde las teologías progresistas a las de 'liberación'. No son las mejores credenciales para el vaticano ratzingeriano.

Sin embargo, el diario oficioso del Vaticano, ha acogido con aparente satisfacción al 29 sucesor de San Ignacio de Loyola: «Una persona de gran experiencia en el terreno del gobierno, la formación, la enseñanza teológica y la inculturación de la fe». A todo ello se refería la carta del Papa previa a la elección. A todo ello y a «la relación entre Jesucristo y las religiones», que Nicolás conoce perfectamente por haber pasado su vida entre sintoístas, budistas y protestantes.

LO QUE OPINA Y LO QUE OPINAN

Las últimas declaraciones extensas del ahora nuevo Prepósito fueron realizadas a «Province Express», la revista de los jesuitas de Australia, y dan una buena idea de su pensamiento. El Padre Nicolás confesaba en diciembre tener «un sentimiento, impreciso y difícil de definir, de que algunos elementos importantes de nuestra vida religiosa no reciben la atención que merecen».

En su opinión, «hemos sido diligentes en resolver nuestros problemas allí donde los hemos visto, pero la sensación de inquietud en la Compañía y en la Iglesia no han desaparecido». Consideraba necesaria «una reflexión más profunda sobre nuestra vida religiosa en la actualidad» para responder a una pregunta dolorosa: «¿Cómo es posible que despertemos tanta admiración y tan pocas vocaciones?».

El padre Thomas Smolich, presidente de la Conferencia de Jesuitas de Estados Unidos, manifestó ayer a la agencia de noticias del episcopado americano que «el Padre Nicolás es un gran hombre. Sabe inspirar, es un santo y representa un gran puente entre las diversas culturas dentro de la Iglesia». Además, aunque cuenta 71 años, «tiene la energía de un hombre mucho más joven».

Según el presidente de los jesuitas americanos, «hemos escogido uno de los hombres de mayor calidad en la Compañía. Es un experto en relaciones del cristianismo con otras religiones y capaz de trabajar en sintonía con el Papa y el Vaticano».

El jesuita Javier Garralda, compañero de Adolfo Nicolás durante décadas en Japón, recalcó su 'don de gentes', su capacidad de hacer de 'puente' entre culturas, y ser una persona 'agradable y simpática' especialmente indicada para 'las relaciones humanas' y 'acostumbrada' a los puestos de administración y responsabilidad.

El jesuita Fernando García Gutiérrez destaca su talante ecuménico, “su deseo de la influencia mutua entre Oriente y Occidente”. Está muy comprometido en el diálogo interreligioso y el diálogo entre culturas.

El jesuita José María Fernández Martos, quien fuera provincial de España, y también amigo suyo nos resume así su perfil: “Destacaría primero, una gran sensibilidad para el diálogo con la cultura. También su apertura desde la convicción de que solo se salva aquello a lo que amas” y su compromiso social al vivir en barrios pobres en Manila y Japón. “Todo eso le hace ser un hombre de hoy, muy abierto”. Lo segundo que destaca del nuevo General es “una gran capacidad de análisis crítico en profundidad de las cosas. Toma las monedas no por el valor aparente, sino por el valor sopesado, tanto de la fe, como de la iglesia, y la sociedad”. En tercer lugar afirma “Tiene una honda conciencia de la Justicia Social. Por ejemplo, él trasladó el teologado jesuita a un barrio pobre de Tokio (Japón) y en Filipinas ha vivido también en un barrio pobre”. Por último, concluye Fernández-Martos “Y todo esto está bañado con un gran sentido del humor y alegría. Te ríes con él”.

El jesuita Santos González Mena ha estado muchos años destinado en Japón y ha llegado hace tan solo un mes a España. También gran amigo del nuevo General, nos cuenta que antes de partir del Japón “estuvimos una hora charlando; le considero el amigo más cercano”. Destaca de él su “talante dialogante, diplomático, muy fino”. De su físico, dice “Parece más joven de lo que es”. Es “Muy buen orador, muy elocuente, muy expresivo con las manos”. Y añade: “Es de muy buen carácter, tiene una conversación muy amena. Y es sencillísimo; la verdad es que le pega ser general”.

Joaquín Salord, jesuita que trabaja en Camboya comenta “Es muy abierto, sabe mucho del diálogo interreligioso, domina el tema del budismo, y el sintoismo y ha sido consejero en el sínodo de obispos de Asia”. Además, añade: “Entiende mucho la cultura asiática pero está muy al día de la cultura europea”.

NO FUE ELECTOR; AHORA SU DICTAMEN SERÁ INAPELABLE

Nicolás no formaba parte de los 217 electores, pertenecía a la minoría de delegados que no representaban estructuras regionales. Formó parte del comité preparatorio y de la comisión que vigiló la pureza del procedimiento electoral, formada por el más veterano representante de cada región. Durante la CG34 de la Compañía de Jesús fue elegido, en primera votación, secretario de la mismo. Unos días antes de partir para Roma, a la CG que le ha elegido General pasó por España y pudo ver a antiguos compañeros jesuitas.

¿Cómo interpretará y refrendará las deliberaciones de la 35ª Congregación General el nuevo Prepósito? Su autoridad es inapelable en la Compañía como la del Papa en la Iglesia. Por eso se le compara. Los jesuitas a pesar de todas sus vdeleidades independentistas han mantenido una estructura jerárquica tradicional.

Precisamente, la Compañía está dilucidando qué estructura organizativa responde mejor a los retos que plantea la globalización, junto a cuáles son las prioridades apostólicas en las que concentrarse, qué tipo de formación necesita el jesuita de hoy, cómo incorporar a los laicos a la acción apostólica de la Compañía, en definitiva, cuál ha de ser el rumbo en el primer cuarto del siglo XXI. A todo ello debe dedicarse con fruición a partir del lunes la 35ª Congregación General, que no ha terminado, sino que se prolonga todavía durante mes y medio. El Papa Benedicto XVI recibirá a los nuevos superiores de la Compañía, que serán elegidos la semana próxima, y a los participantes en la Congregación el próximo 21 de febrero.

Kolvenbach ha marcado al irse una espècial atención por China: la Congregación «no ha renunciado nunca al deseo de servir al pueblo chino en sus aspiraciones espirituales». «Para la Compañía de Jesús, aparte una presencia actual bastante modesta, todavía es el tiempo de la espera. Esperar que los esfuerzos de la Santa Sede para reanudar las relaciones con China nos permitan volver a una misión tan ligada a la historia de la Compañía».

Y ha señalado las dificultades en el diálogo interreligioso, sobre todo con el Islam, frente al que los teólogos deberían «pararse respetuosamente ante un problema insoluble: la fe de los cristianos en la Santa Trinidad no puede reducirse la formulación de un monoteísmo puro como el profesado por el Islam». Esta dificultad teológica, concluye, no debería sin embargo ser un obstáculo para el diálogo de la vida «porque tanto los cristianos como los musulmanes tienen un verdadero sentido religioso de la vida y comparten la persuasión de que ‘no sólo de pan vive el hombre'».

José Catalán Deus
El Periodista Digital

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