Sunday, January 20, 2008

Un español discípulo del Vaticano II, elegido general de los jesuitas


Adolfo Nicolás, de 71 años, que ha vivido durante cuatro décadas en Japón, sucede a Kolvenbach
• El teólogo, natural de Palencia, pasa por ser un hombre de acción "con libertad de criterio"

Cuatro décadas después de la celebración del concilio Vaticano II (1962-1965), que se propuso reconciliar a la Iglesia católica con la modernidad, los jesuitas eligieron ayer en Roma a un español de cerca de 72 años, Adolfo Nicolás, discípulo del espíritu y la letra de aquel acontecimiento, como general de la orden.

Nicolás, nacido en Villamuriel (Palencia) en vísperas del estallido de la guerra civil, ha vivido durante casi cuatro décadas en Japón. Ello le emparenta con Pedro Arrupe, el bilbaíno que pasó cerca de 30 años allí antes de ser escogido en 1965 para liderar a la Compañía de Jesús y acomodar su acción a las enseñanzas del concilio.

Entonces se abrió un foso entre la orden y Juan Pablo II que el último general, Peter-Hans Kolvenbach, ha dejado en una grieta.

Los jesuitas han apostado por un valor seguro. Nicolás posee una sólida formación teológica y ha desempeñado diferentes cargos en el puente de mando de la compañía. Alérgico al protagonismo es, a la vez, un hombre de acción "con libertad de criterio", aseguran quienes le conocen. Obtuvo la mayoría absoluta en la segunda votación.

EL PRECEDENTE

En 1995, cuando la congregación general de la compañía, el máximo órgano de gobierno, se reunió para acomodar su legislación a la reforma del Código de Derecho Canónico y tuvo que escoger a un notable como secretario para dirigir los debates, Nicolás ya fue el señalado.

El único factor que tenía en contra para figurar entre los favoritos era la edad, pero los jesuitas han apostado, a imagen y semejanza de lo ocurrido en la Iglesia católica, dirigida por un octogenario, por un papado corto. Corto porque se supone que, sentado el precedente de Kolvenbach de retirarse a los 80 años, el recién designado Papa negro (como se denomina al general por el color del hábito que viste en contraposición con el blanco del jefe del Vaticano) no gobernará la orden más allá de una década.

Se trata del séptimo general de la orden de origen español, entre 30, desde que su fundador, Ignacio de Loyola, se convirtiera en 1541 en su primer mandatario. Y procede de Asia, donde ahora vivía, el continente que ha enviado casi tantos representantes al cónclave jesuita (64) como Europa (69), una zona del planeta donde la expansión de la Compañía de Jesús va viento en popa.

Precisamente por esa última razón se especuló con la posibilidad, elevada, de que los 217 jesuitas reunidos en Roma designaran a un líder originario de la India, de donde proceden algunos altos cargos de la compañía con dotes de mando y acreditada capacidad.

Pero los delegados han preferido un líder con una sensibilidad "más universal", en palabras de uno de los electores consultados.

Tampoco parece que la opción de elegir al portavoz del Papa, Federico Lombardi, fuera viable, a pesar de que un sector de los electores apostaba por esa vía. "Había que elegir al mejor. Y eso es lo que hemos hecho", zanjó uno de los admiradores del nuevo general.

Fuente: El Periodico.com

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