Thursday, August 14, 2008

Al anochecer, los invitamos a tener un encuentro con el Señor de la Vida


Mateo 18:21-35
En aquel tiempo, se adelantó Pedro y preguntó a Jesús: "Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces le tengo que perdonar? ¿Hasta siete veces?" Jesús le contesta: "No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Y a propósito de esto, el reino de los cielos se parece a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus empleados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así. El empleado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo: "Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré todo." El señor tuvo lástima de aquel empleado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda. Pero, al salir, el empleado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, agarrándolo, lo estrangulaba, diciendo: "Págame lo que me debes." El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba diciendo: "Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré." Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía. Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo: "Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo pediste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?" Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda. Y Jesús añadió: "Lo mismo hará mi Padre Celestial con ustedes, a no ser que cada uno perdone de corazón a su hermano".
¿Qué me estás diciendo, Señor?
Reflexiones sobre la lectura de hoy

Esta parábola es sobre la misericordia de Dios, que es una de las cualidades divinas más poderosas, si lo podemos expresar así.
No hay nada, excepto la misericordia nacida de la compasión, que pueda cancelar una deuda como la referida en este relato.
Y va más allá: nos llama a ser misericordiosos tal como hemos recibido misericordia.
La misericordia es más profunda que el perdón; contempla el corazón del otro y camina en sus zapatos. Incluye la compasión y la sanación.
La descripción que hace Shakespear es inolvidable: "La misericordia es dos veces bendecida - bendice al que la entrega y bendice al que la recibe".
Vivir en un ambiente de misericordia, es vivir en una atmósfera de paz, sanación y crecimiento.
Espacio Sagrado

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