Thursday, August 14, 2008

Humilde bronce que sabe a oro


En estas olimpiadas, al parecer dominadas ya por un nadador que va a romper todos los records conocidos, por una superpotencia que además juega en casa y por algún que otro escándalo de dopaje... yo hoy me alegro con un pequeño país africano que acaba de conseguir su primera medalla olímpica.

Cuando llegan estos momentos estelares del deporte y como se quiere aprovechar el tirón mediático de los mismos, algunos gobiernos africanos (especialmente los presididos por dictadorzuelos necesitados de relaciones públicas) fuerzan la máquina para que sus más destacados pupilos puedan entrar en el mundo de la alta competición. Recordarán aquel abnegado nadador ecuatoguineano enviado por el siempre excelso Teodoro Macías para ver si sonaba la flauta y conseguía un poco de prestigio para su decrépito gobierno... el pobre muchacho, que vio por vez primera una piscina olímpica el día que le mostraron el lugar en el que se iba a competir, hizo bastante con llegar a la meta; eso sí, lo hizo creo que 20 minutos más tarde que el ganador. Todo el estadio vivió intensamente esa carrera, puestos de pie y apoyándole en el intento aunque a veces parecía que iba a fenecer intentando llegar al final... Casos así y estrategias de ese tipo no hacen más que acrecentar el sufrido tópico de un África bananera, subdesarrollada en sus recursos humanos y terriblemente ingenua.


Por eso, me alegro aún más por esta simple medalla de bronce ganada a pulso. No es un ejercicio desesperado de relaciones públicas de un gobernante que quiere colgarse una medalla (y nunca mejor dicho), ni la locura de un kamikaze enviado a estrellarse contra figuras mucho más experimentadas y entrenadas, sino el resultado de un esfuerzo callado y sufrido por estar ahí entre los mejores del mundo, sabiendo que, con la excepción de unos contados países, cualquier deportista subsahariano va a tener que luchar no solo con las limitaciones normales de superar su marca sino con la endémica falta de medios, financiación e infraestructuras que adolecen muchos países. Yo me alegro sobremanera por la medalla de bronce de ese regatista. Yo no sé si en Togo habrá muchos ríos torrenciales para practicar con su kayak ... pero sea lo que sea estoy seguro que la condecoración no pasará desapercibida para sus paisanos.


Quien sabe, a lo mejor al final las alturas a las que ha llegado ese humilde bronce con tantos elementos en su contra sean más importantes que las de aquella superestrella que ha sacado tropecientos oros pero, eso sí, ha contado con la inestimable ayuda de sus planes nacionales de apoyo a deportistas, su entrenador particular, sus excelentes instalaciones, su psicólogo, su alimentación equilibrada y la biblia en verso... No sé porqué, pero a mí, idealista irredento, me atraen las historias de estas personas y estos países que a base de esfuerzos y de tesón, consiguen hacerse con un modesto lugar entre las potencias del deporte.


Alberto Eisman Torres
Jaén, 1966. Licenciado en Teología y máster en Políticas de Desarrollo. Ha sido director de país de Intermón Oxfam para Sudán donde se ha encargado de la coordinación de proyectos en Nairob


Del blog "Muzungu"

No comments: