Leí hace unos días una entrevista que le hicieron al tío de Rafa Nadal en la que hablaba de los valores que la familia había querido inculcar al tenista. Era una entrevista seria muy alejada de las que nos acostumbra a proporcionar la prensa del corazón en la que aparecía la familia como una piña, congregada alrededor de los suyos.
Dentro de las virtudes que decía habían conseguido inculcar a Rafa era el valor de la austeridad y las imágenes que nos llegan de Pekín demuestran que es cierto. Ha escogido vivir en la villa olímpica con todos los deportistas y se le ve comer en la sala común. Otras figuras mundiales han preferido alojarse en hoteles de 5 estrellas para poder aislarse y preparar mejor sus actuaciones.
Los que conviven en estas instalaciones se divierten juntos, juegan a las cartas, al dominó y al mus pero sobre todo dan una imagen de camaradería y de interés por los éxitos de los demás. Creo que este comportamiento de un hombre que ha alcanzado la gloria y, con ella el dinero, dice mucho de su persona y contrarresta con las imágenes estivales de actores y millonarios que pasean inmensos yates por el Mediterráneo o que dan fiestas magníficas para epatar a sus iguales.
Esta actitud de Rafa es un buen ejemplo para nuestra juventud, carente de héroes, que además viene acompañada de horas de fuerte entrenamiento y de una actitud igualmente correcta cuando gana que cuando pierde lo que no es siempre fácil. Le deseamos que alcance alguna medalla olímpica y esperamos que sea el oro pues se lo merece como deportista y como persona.
Isabel Gómez Acebo
Del blog "Cajón de ilusones"
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