Hoy, 14 de Agosto, la Iglesia se viste de rojo para conmemorar el nacimiento para el cielo de SAN MAXIMILIANO MARIA RAIMUNDO KOLBE, en el aniversario de su martirio ocurrido en un día como hoy de 1941 en el campo de concentración de Oswiecim (Auschwitz), Polonia. Oriundo en 1894 de Zdunska-Wola, Polonia, fue sacerdote de la Orden Franciscana Capuchina. En 1982 el Papa Juan Pablo II le proclamó Santo, ante la presencia de Francisco Gajowniczek por quien él ofreciera su vida. Es patrono de los periodistas. Unidos, pues, a la familia franciscana, y a cuantos están dispuestos hasta a perder su propia vida por salvar a la de los otros, brindemos nuestro cálido aplauso a San Maximiliano Kolbe.
Meditación
QUERIDO SAN MAXIMILIANO KOLBE: recordar tu vida es abrir una de las páginas más dramáticas de la última guerra mundial. Tu padre era un obrero pobre y tú, a los 17 años, ingresas a lo orden franciscana, en donde, desde el principio, demostraste tener cualidades excepcionales. Vas luego a Roma y estudias en la conocida Universidad Gregoriana, graduándote cuatro años después. Fundas aquí la Milicia de la Inmaculada y vuelto a tu tierra, fundas diversos diarios y revistas cristianas: Pero tu celo misionero te llevaba más allá de los confines de tu patria Polonia: vas a Japón en donde permaneces por seis años y organizas allá la prensa católica. Pero al volver a Polonia, te encuentras con la desagradable realidad que estaba ocupada por los alemanes. Tu estabas en abierta oposición al Nacional Socialismo por lo que llegaste a ser una persona indeseable. Arrestado, vives al poco tiempo la increíble escena que te llevó al martirio. Fritsch, comandante del campo de concentración, empezó un día a diezmar a los detenidos, y la suerte cayó sobre un tal Francisco Gajowniczek, polaco padre de familia quién rompió a llorar desesperadamente, contando entre lágrimas que tenía esposa y dos hijos. Tú, al escuchar esto, no dudaste. Con gran tranquilidad diste un paso al frente, y ofreciste tu vida por la de Francisco. Fue aceptada tu propuesta. En los días siguientes algunos cantos y oraciones se escucharon salir del calabozo en donde estabas, hasta que una inyección mortal de los nazis los calló para siempre. Un nuevo Santo había nacido para el cielo.
Radio Vaticano
No comments:
Post a Comment