Hoy, de 15 Agosto, la Iglesia en América se viste de gloria al recordar el martirio de LUIS BATIS, MANUEL MORALES, SALVADOR LARA PUENTE Y DAVID ROLDN, que ocurrió en un día como hoy de 1926, en el "Puerto de Santa Teresa", San Pedro de Chalchihuites, Zacatecas, de la arquidiócesis de Durango, en México. En el año jubilar 2000 el Juan Pablo II les declaró Santos.
Hoy también la Iglesia Universal celebra una de las fiestas más queridas del calendario mariano: LA ASUNCiÓN DE LA VIRGEN MARÍA en cuerpo y alma a los cielos. La antigua fiesta de la "dormición" de María, decretada en el año 602 por el Emperador Mauricio a todo el imperio romano, empezó a ser celebrada en Roma, con el nombre de "Pausatio" (el reposo), en el siglo VII, en tiempos del Papa Sergio. En el siglo VIII esta fiesta recibió el título de "Asunción de la Virgen María". El 15 de agosto de 1950, el Papa Pío XII, después de una consulta general a todos los obispos de la Iglesia, proclamó y definió el dogma de la Asunción de María. Unidos, pues, a todos los que aspiran encontrarse con María en el reino de los Cielos, y a quienes no temen gritar "Viva Cristo Rey" frente al pelotón de fusilamiento, brindemos nuestro vivo aplauso a la Virgen Asunta y a los mártires Luis Batis, Manuel Morales, Salvador Lara Puente y David Roldán.
Meditación
SAN LUIS BATIS, cuéntanos algo de aquellos heroicos días de la revolución mexicana. Yo era párroco. Amaba mi sacerdocio, y en especial mi trabajo con la juventud. Trataba de ser guía y padre bondadoso pero, especialmente, trataba de infundirles el espíritu de heroísmo cristiano para profesar su fe, actitud muy necesaria para aquellos momentos. En efecto, pocos días después de la suspensión del culto público ordenado por los obispos, los soldados tocaron mi puerta. Al verlos, de mi salió sólo un deseo: Señor, que se haga tu voluntad. Si tu quieres, yo seré uno de tus mártires! Me llevaron junto con mis colaboradores más cercanos: Manuel Morales, cristiano de una pieza, esposo fiel y padre cariñoso de tres pequeños hijos. Tenía 28 años. Salvador Lara Puente, alto y fuerte, aficionado al deporte, militante de la acción católica. Tenía 21 años. David Roldán Lara, estimado por su alegría y generosidad. Para su novia fue el joven íntegro y limpio. Tenía 24 años. Todos no sabíamos a dónde íbamos pero si sabíamos que era un camino sin retorno. Yo, con mi sonrisa característica, les absolví y exclamé: Hasta el Cielo, amigos!
Radio Vaticano
No comments:
Post a Comment