Myoe (1173-1232) es un monje japonés, al que se ha llamado el san Francisco de Oriente. Lo vemos en un cuadro típico, sentado sobre las ramas de un pino: solo, en medio de la naturaleza, mientras en el horizonte aparece la luna. Tras la contemplación, regresa por el camino del bosque y admira la luna, ya alta, que aparece y desaparece entre nubes. Escribe entonces el poema:
Asomando entre nubes
La luna invernal
Me acompaña
¿Qué puede importarme
El viento helado o la fría nieve?
Juan Masiá Clavel SJ
Del blog "Vivir y pensar en la frontera"
Periodista Digital
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