4 de enero
Domingo II después de navidad
Ef 1, 3-6 Bendito sea Dios que nos ha bendecido en la persona de Cristo
Nos has bendecido, Señor, nos deseas y quieres incondicionalmente, sin reserva alguna, deseas nuestro bien ilimitado en esta vida, en los acontecimientos de nuestra vida diaria, y este bien lo haces aflorar de tus entrañas de amor, de las fuentes más profundas e íntimas de tu ser amor, y así encarnas tu Palabra, tu Sabiduría, en el seno de María, que da a luz la Luz. Que nos bendice.
Luis Fernando Crespo SM
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