Friday, April 03, 2009

Donaciones: legales sí, pero ¿también transparentes?


(Vida Nueva) Las donaciones económicas ayudan a la Iglesia en su función evangelizadora y de ayuda a los más necesitados, pero ¿son siempre suficientemente transparentes? El moralista José Ignacio Calleja tiene muy claro que, ahora más que nunca, “en plena crisis, con el Evangelio en una mano y el FOESSA en la otra, hay que ser muy claros en las cuentas y tratos, y muy ‘comprometidos’ en el uso de lo propio“. De no ser así, según el vicario judicial del Obispado de Jaén, Pedro José Martínez, además de las consecuencias jurídicas que contempla la legislación eclesial, se traicionaría el “exquisito cuidado que tiene la Iglesia a la hora de salvaguardar su patrimonio, de erigir fundaciones (…) o de aceptar donaciones de los fieles“.

Calleja, que asegura tener constancia de que en el ámbito de la administración de los bienes de la Iglesia “el celo de estas personas por el patrimonio común suele ser proverbial“, añade, sin embargo un “pero”: “Deberíamos mejorar en algunos aspectos sustanciales. En primer lugar, pienso en profesionalizar la administración, dotarla de rigor, someterla a reglas bien conocidas y publicitarla con objetividad”. Por otro lado, cree que “las fuentes de financiación de la Iglesia y de sus proyectos tienen que ser perfectamente legales en toda su extensión, sobre todo, en cuanto a su procedencia y fiscalidad. Y, por supuesto, no crear relaciones de deuda moral y trato privilegiado con sus benefactores”.

Por su parte, Pedro José Martínez nos recuerda que “el fundamento de la posesión de los bienes temporales en la Iglesia es el cumplimiento y desarrollo de su misión eclesial específica” y que dichos bienes, según la más antigua tradición eclesial, deben ser “para la ordenación del culto divino, para procurar la honesta sustentación del clero y para realizar obras de apostolado o de caridad, sobre todo para con los pobres” (PO 17, 3). Asimismo, pone de manifiesto que uno de los deberes de todos los fieles en la Iglesia, tal y como también refleja la antigua tradición, es el de “ayudar a la Iglesia en sus necesidades“. Una colaboración que se puede concretar “no sólo en la ayuda personal que pueden prestar con su disponibilidad evangelizadora, sino también en elementos concretos como donaciones, limosnas, aportaciones, disposiciones testamentarias, etc.”.

Más información en el nº 2.655 de Vida Nueva

No comments: