Sunday, November 08, 2009

Obispos argentinos contra el matrimonio gay


"Estamos ante una realidad que antecede al derecho positivo"
"Afirmar la heterosexualidad como requisito para el matrimonio no es discriminar"
Patricio Downes (RD) En medio del debate legislativo que impulsael matrimonio de personas del mismo sexo, la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina, sostuvo que "afirmar la heterosexualidad como requisito para el matrimonio no es discriminar". De sancionarse el "matrimonio homosexual" tal como indica el proyecto, la Argentina sería el primer país de América del Sur en tener una legislación de este tipo. Uruguay consagró la unión civil con derecho a adopción, pero lo que plantean legisladores argentinos es la modificación de la ley de matrimonio civil vigente. La posicón de la Iglesia fue dada a conocer por la cúpula del Episcopado, que preside el cardenal Jorge Bergoglio.
El debate continuará este martes, a las 10, luego de un cuarto intermedio solicitado por legisladores oficialistas. Los diputados de las comisiones de Familia, Niñez y Adolescencia, y de Legislación General, decidieron emitir un dictamen sobre los proyectos de ley para permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo.
En la Argentina, ya existen normas que permiten la unión civil -no el matrimonio- entre personas del mismo sexo. Buenos Aires fue la primera ciudad en América Latina que lo legisló y le siguieron otras como Carlos Paz y Río Cuarto, en Córdoba. La provincia de Buenos Aires -la mayor del país en demografía y extensión- se apresta a hacer lo mismo.
La semana pasada, en la segunda segunda reunión conjunta, las comisiones escucharon catorce exposiciones de especialistas -abogados, psicólogos- tanto a favor como en contra de la iniciativa; la presidenta del INADI, María José Lubertino; Pedro Zerolo, asesor del presidente español José Luis Rodríguez Zapatero; el periodista Osvaldo Bazán; y los representantes de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA) y de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales.
Por su parte, el proyecto de ley que habilita la unión civil entre personas del mismo sexo en la provincia de Buenos Aires avanzó con un nuevo despacho favorable de la comisión de Legislación General, en la Legislatura bonaerense. Antes había sido avalado por la de Igualdad Real de Oportunidades y Trata, y la de Niñez, Adolescencia, Familia y Mujer.
La diputada radical Cecilia Moreau, impulsora del proyecto explicó que, antes de fin de año, las parejas homosexuales tendrán iguales derechos que los matrimonios heterosexuales.
Se entiende por unión civil al vínculo conformado libremente por dos personas capaces, con independencia de su sexo u orientación sexual. La pareja debe tener una convivencia ininterrumpida de dos años con ostensible trato familiar, estable y público.
"Afirmar la heterosexualidad como requisito para el matrimonio no es discriminar, sino partir de una nota objetiva que es su presupuesto. Lo contrario sería desconocer su esencia, es decir, aquello que es", señaló el comunicado episcopal este fin de semana.
"En el matrimonio se encuentran y realizan tanto las personas en su libertad, como el origen y el cuidado de la vida. Esto no debe ser considerado como un límite que descalifica, sino como la exigencia de una realidad que por su misma índole natural y significado social, debe ser tutelada jurídicamente. Estamos ante una realidad que antecede al derecho positivo y, por lo mismo, es para él fuente normativa en lo sustancial", subrayó.
"El matrimonio como relación estable entre el hombre y la mujer, que en su diversidad se complementan para la transmisión y cuidado de la vida, es un bien que hace tanto al desarrollo de las personas como de la sociedad. No estamos ante un hecho privado o una opción religiosa, sino ante una realidad que tiene su raíz en la misma naturaleza del hombre, que es varón y mujer", subrayó.
Señaló el texto episcopal que "este hecho, en su diversidad y reciprocidad, se convierte, incluso, en el fundamento de una sana y necesaria educación sexual".Y luego advirtió que "no sería posible educar la sexualidad de un niño o de una niña, sin una idea clara del significado o lenguaje sexual de su cuerpo".
El Episcopado señaló que "estos aspectos que se refieren a la diversidad sexual como al nacimiento de la vida, siempre fueron tenidos en cuenta como fuente legislativa a la hora de definir la esencia y finalidad del matrimonio. En el matrimonio se encuentran y realizan tanto las personas en su libertad, como el origen y el cuidado de la vida".
"Esto no debe ser considerado como un límite que descalifica, sino como la exigencia de una realidad que por su misma índole natural y significado social, debe ser tutelada jurídicamente. Estamos ante una realidad que antecede al derecho positivo y, por lo mismo, es para él fuente normativa en lo sustancial", aseveró.

El siguiente es el texto completo, divulgado por la agencia AICA y el Episcopado_

Ante el conocimiento de un próximo debate legislativo sobre proyectos de ley de matrimonio homosexual, la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina manifiesta al respecto:
El matrimonio como relación estable entre el hombre y la mujer, que en su diversidad se complementan para la transmisión y cuidado de la vida, es un bien que hace tanto al desarrollo de las personas como de la sociedad. No estamos ante un hecho privado o una opción religiosa, sino ante una realidad que tiene su raíz en la misma naturaleza del hombre, que es varón y mujer. Este hecho, en su diversidad y reciprocidad, se convierte, incluso, en el fundamento de una sana y necesaria educación sexual. No sería posible educar la sexualidad de un niño o de una niña, sin una idea clara del significado o lenguaje sexual de su cuerpo. Estos aspectos que se refieren a la diversidad sexual como al nacimiento de la vida, siempre fueron tenidos en cuenta como fuente legislativa a la hora de definir la esencia y finalidad del matrimonio. En el matrimonio se encuentran y realizan tanto las personas en su libertad, como el origen y el cuidado de la vida.
Esto no debe ser considerado como un límite que descalifica, sino como la exigencia de una realidad que por su misma índole natural y significado social, debe ser tutelada jurídicamente. Estamos ante una realidad que antecede al derecho positivo y, por lo mismo, es para él fuente normativa en lo sustancial.
Afirmar la heterosexualidad como requisito para el matrimonio no es discriminar, sino partir de una nota objetiva que es su presupuesto. Lo contrario sería desconocer su esencia, es decir, aquello que es. “El matrimonio no es una institución puramente humana a pesar de las numerosas variaciones que ha podido sufrir a lo largo de los siglos en las diferentes culturas, estructuras sociales y actitudes espirituales. Estas diversidades no deben hacer olvidar sus rasgos comunes y permanentes”.
El matrimonio se funda en la unión complementaria del varón y la mujer, cuyas naturalezas se enriquecen con el aporte de esa diversidad radical. La realidad nos muestra que toda consideración física, psicológica y afectiva de los sexos, es expresión de esa diversidad, la cual además no se explica en un sentido antagónico, sino de complemento mutuo. El varón y la mujer, conforman desde esa diversidad complementaria, una nueva realidad que es la familia y que, desde los inicios mismos de la humanidad, ha sido protegida por las sociedades civilizadas, con la institución del matrimonio. Confirma esa realidad, la Declaración Universal de los Derechos del Hombre la cual exige “reconocer el derecho del hombre y de la mujer a contraer matrimonio y a formar una familia”.
Es responsabilidad de todos proteger este “bien de la humanidad”, (como llamaba Juan Pablo II a la familia), de allí el deseo que nos mueve a sumar las presentes reflexiones en un diálogo sincero con la sociedad y como aporte a quienes tienen la difícil tarea de legislar sobre estos temas.
La Sagrada Familia de Nazareth, modelo permanente, ayude a descubrir a nuestros jóvenes, el valor de la vocación matrimonial.+
RD

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