Dices que tu evangelio es una Buena noticia, que es fuente de alegría, que llena de entusiasmo, de pasión, de gozo… Pero a veces de las palabras al hecho el trecho es largo. Y claro que quiero vivir desde una alegría auténtica, profunda, sincera. Quiero sonreír por dentro (y si se puede, por fuera). Vivir con sentido. No venirme abajo cuando se tuerce un poco la historia. Dónde está la fuente de tu alegría? ¿Dónde nace?
pastoralsj
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