"La Congregación para la Doctrina de la Fe se interesó por primera vez en el caso en 2019, y a la luz de las denuncias recibidas sobre el comportamiento del obispo, la Congregación le impuso ciertas restricciones disciplinarias en septiembre de 2020. Estas incluían restricciones a sus movimientos y al ejercicio de su ministerio, una prohibición de contacto voluntario con menores, entrevistas y contacto con Timor Oriental"
"(Ximenes Belo) está en Portugal, lleva fuera de Timor más de 20 años. (...) El Vaticano está investigando, pero en Roma, no aquí", insistió Sprizzi, nuncio en el país
Fuentes vaticanas confirmaron estas medidas disciplinarias después de que este miércoles la revista holandesa, De Groene, publicase que sobre el exobispo de Dili pesaban acusaciones de abuso por parte de varios hombres que habrían sido víctimas en los años 90 cuando eran menores.
El obispo había presentado su dimisión como obispo en 2002 cuando sólo tenía 54 años, sin que el Vaticano comunicase los motivos de ello.
Restricciones al ministerio
"La Congregación para la Doctrina de la Fe se interesó por primera vez en el caso en 2019, y a la luz de las denuncias recibidas sobre el comportamiento del obispo, la Congregación le impuso ciertas restricciones disciplinarias en septiembre de 2020. Estas incluían restricciones a sus movimientos y al ejercicio de su ministerio, una prohibición de contacto voluntario con menores, entrevistas y contacto con Timor Oriental", explicaron desde el Vaticano.
Además, "en noviembre de 2021, estas medidas fueron modificadas y reforzadas. En ambas ocasiones, las medidas fueron aceptadas formalmente por el obispo", agregaron.
Del mismo modo, la Nunciatura de la Santa Sede en Dili confirmó que el Vaticano está investigando por supuesta pederastia a Belo. El actual representante del Vaticano en Timor Oriental, Marco Sprizzi, confirmó por teléfono que el Vaticano está estudiando unas denuncias de supuestos abusos sexuales contra menores por parte de Ximenes Belo en los años 1990.
El caso contra Ximenes Belo, que se encuentra actualmente en Portugal, ha sido destapado por la revista holandesa "De Groene Amsterdammer", que entrevistó a dos supuestas víctimas.
En manos de la Santa Sede
"Todo está en manos de la Santa Sede y ellos están estudiante el caso. Ciertamente, publicarán pronto un comunicado", indicó a Efe Sprizzi, quien subrayó que en la Nunciatura timorense no han recibido ninguna denuncia y que no son competentes en este caso.
"(Ximenes Belo) está en Portugal, lleva fuera de Timor más de 20 años. (...) El Vaticano está investigando, pero en Roma, no aquí", insistió Sprizzi.
Ximenes Belo, de 74 años, se convirtió a principios de los 1980 en representante de la Santa Sede en Timor Oriental durante la violenta ocupación por parte de las fuerzas de Indonesia, entonces bajo el dictador Suharto.
En 1996 recibió el Premio Nobel de la Paz junto con el diplomático timorense José Ramos-Horta por su trabajo en favor de la paz y la reconciliación en el pequeño país de mayoría católica enclavado en el archipiélago indonesio, donde la mayor parte de la población profesa el islam.
Durante esos años, en los que la situación en Timor Oriental era de miseria y hambre, la iglesia desempeñó un papel relevante como institución que ayudaba a los más necesitados y como refugio para aquellos que protestaban contra el régimen indonesio que ocupó el país durante 24 años.
La revista neerlandesa explica que habló con veinte personas: funcionarios, políticos, trabajadores de ONG, personas de la iglesia y otros profesionales que conocían personalmente a al menos una víctima de Belo.
Según el diario holandés, los abusos a menores se produjeron cuando el obispo gozaba de gran notoriedad en el país asiático por su labor a favor de la paz.
Una de las víctimas, de cuarenta años, explicó a "De Groene: "Estaba muy feliz, el obispo Carlos Felipe Ximenes Belo no solo era la cabeza poderosa de la Iglesia Católica Romana en Timor Oriental, sino también un héroe nacional y un faro de esperanza para el pueblo" y que fue incluso pagado para guardar silencio.
RD