Thursday, March 26, 2015

Un jesuita que pasa a la Iglesia Anglicana


Me resulta extraño que un jesuita pase a la Iglesia Anglicana. Conozco a algún sacerdote secularizado que lo ha hecho y tampoco me parece normal. Solo Dios puede investigar la conciencia de cada uno y nos abstenemos de emitir juicios. A pesar de todo, considero muy útil para la reflexión la entrevista, que en el año 2009 se publicó en periódico "El Mundo", a Manuel Carrillo, jesuita durante más de una década. Ojalá puedan leerla también obispos y jerarquías. He aquí el texto:

'Pido a Dios que la Iglesia de Roma se convierta y vuelva al Evangelio'
El Mundo
"Son más de 20 los sacerdotes católicos españoles que se unen a la Comunión anglicana todos los años". Lo decía, hace dos días, el obispo anglicano de Madrid, Carlos López. Uno de esos sacerdotes es Manuel Carrillo. Jesuita durante 11 años, se convirtió el anglicanismo en 2006 y hoy es párroco de su comunidad de Torrejón de Ardoz. Sumamente contento del paso dado, Manuel permanece soltero, pero critica la "espada de Damocles" del celibato obligatorio, acusa al Vaticano de ser "asimilacionista" y reza para que "la Iglesia de Roma se convierta y vuelva al Evangelio".
Pregunta.- ¿Cuándo y por qué un jesuita como usted decidió ingresar en la Iglesia anglicana?
Respuesta.- Formé parte de la Compañía de Jesús desde 1987 a 1998, en que me exclaustré, y salí oficialmente de la misma en 2001.

Siempre me había interesado intelectualmente por el anglicanismo, pero conocí en persona la Iglesia Anglicana cuando, todavía siendo jesuita, pasé un verano estudiando en Irlanda y acudía los domingos a parroquias de la Iglesia de Irlanda. En aquella época, sólo por cierto afán ecuménico y de conocer la realidad de un país que, pese a los tópicos de la 'católica Irlanda', presenta una sorprendente pluralidad religiosa.
Tras mi salida de la Compañía viví una cierta crisis espiritual, que hoy leo más bien como conversión, y me di cuenta que había dejado, simplemente, de creer en la Iglesia Católica Romana, aunque me seguía sintiendo cristiano. Tras un tiempo de lucha espiritual el Señor me concedió la experiencia de sentirme profundamente pecador y al mismo tiempo salvado sólo por su gracia mediante la fe. Si ponemos 'etiqueta' a esta experiencia, diría que entonces me di cuenta que era protestante o evangélico.
El siguiente paso natural fue buscar una iglesia donde pudiese vivir esto en comunidad y empecé a acudir a la Catedral del Redentor de Madrid en el año 2006. Así conocí la Iglesia Reformada Episcopal- IERE-, una iglesia a la vez respetuosa y 'cuidadosa' con las tradiciones del cristianismo histórico y reformada en su teología.

P.- ¿Fue feliz mientras formó parte de la Compañía?
R.- Hubo, desde luego, muchos momentos buenos durante mis años en la Compañía. El mejor fue, quizás, un año que pasé, antes de estudiar Teología, en la parroquia del Pozo del Tío Raimundo, de Madrid. Sin embargo, siempre me faltó algo. Supongo, visto retrospectivamente, que el Señor me estaba preparando de un modo misterioso, y ciertamente doloroso, para algo distinto.


P.- ¿Qué recuerdos guarda de su época de jesuita?
R.- Mis recuerdos están muy mezclados. Desde luego recuerdo muy positivamente la amistad con muchos compañeros, las oportunidades de estudio, formación y experiencias de todo tipo, etc. Pero también los momentos de oscuridad que, a mi entender, se deriva de una vida anómala e irreal, de 'torre de marfil', propia de las instituciones católicas, donde la gente vive una vida aparentemente entregada, pero alejada de la realidad, donde apenas llegan los problemas de fuera y, sin embargo, afloran cantidad de problemas y conflictos que son puramente autogenerados.

P.- ¿Al Padre Arrupe, Prepósito General de los jesuitas, le ‘machacó’ física y espiritualmente el Papa Wojtyla?
R.- Decididamente, sí.
P.- ¿Ignacio Ellacuría es un mártir?
R.- Si entendemos por mártir una persona que entrega la vida en testimonio de la fe, sí.
P.- ¿Qué echa de menos del catolicismo?
R.- Nada. Como anglicano, pertenezco a una Iglesia que es a la vez católica y reformada. La Iglesia Católica Romana no sólo no tiene el patrimonio exclusivo del cristianismo histórico, sino que en muchos puntos se ha apartado clamorosamente de él. Por otro lado, el anglicanismo es muy plural, teológica y doctrinalmente, y dentro de él supongo que yo me definiría como clara y explícitamente evangélico y protestante. Por tanto, no tengo ninguna añoranza de una comunión con Roma ni nada por el estilo, más bien pido al Señor para que la Iglesia de Roma se convierta y vuelva al evangelio.
P.- ¿Qué le dijo su familia, cuando se enteró de su decisión?
R.- Fue difícil para ellos, pero lo aceptan y me apoyan plenamente.
P.- ¿Y sus amigos y compañeros jesuitas?
R.- No trato actualmente con muchos, pero aquellos con los que sigo en contacto siempre han sido un apoyo en este paso y en otros.
P.- ¿Se siente plenamente realizado en la Iglesia anglicana?
R.- Ninguna iglesia es perfecta ni ninguna agota y es capaz de contener en exclusiva a la verdadera Iglesia de Cristo, que está constituida por todos aquellos que reconocen a Jesús como su único Salvador, pertenezcan a la comunidad que pertenezcan. Y, desde luego, me encuentro muy satisfecho en la IERE, que, con todos los fallos que pueda tener se reconoce, con modestia, sólo como una parte de de esa Iglesia universal.
P.- ¿Cómo es su parroquia?
R.- Pastoreo una pequeña comunidad que es una de las más recientes de nuestra Iglesia, en Torrejón de Ardoz. Está constituida fundamentalmente por inmigrantes procedentes de diversos países y tradiciones religiosas: católica bizantina, ortodoxa, otras iglesias protestantes, etc. Son personas, a veces con muchos problemas, pero con un hambre espiritual y un deseo de conocer y seguir a Jesús tremendos, que me están enseñando mucho.

José María Lorenzo Amelibia
Si quieres escribirme hazlo a: jmla@jet.es
Secularizados, mística y obispos
RD

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