Llega a su fin otro de los juicios del Vaticano: el del coro de la Capilla Sixtina, la más antigua del mundo. Su exdirector, Massimo Palombella, ha sido declarado culpable de abuso de oficio, pero absuelto del delito malversación. Habrá que esperar unos meses para ver con detalle las motivaciones por las cuales el tribunal lo considera culpable.
Junto a otros dos responsables, a este sacerdote se le acusaba de organizar conciertos por todo el mundo para beneficio propio; fondos que se depositaron en un banco italiano. Sin embargo, el Tribunal no ha encontrado pruebas de que se apropiase personalmente de ese dinero.
Por todo lo demás, la sentencia, dictada en primera instancia, señala que su condena es de 3 años y 2 meses de cárcel, una multa de 9.000€ y no podrá ejercer cargos públicos.
Este proceso penal se abrió en 2023, aunque el papa ya autorizó a investigar los hechos en 2018; mismo año en el que destituyó a Palombella de director del Coro de la Capilla Sixtina; puesto que ostentó durante nueve años.
Desde 2021, Palombella es el director de la capilla musical del Duomo de Milán. La organización lo respalda por el momento, y destaca su compromiso musical y educativo. De hecho, declara que esperarán a que salgan las motivaciones para tomar una decisión sobre su futuro.
Esta sentencia es la última que ha firmado Giuseppe Pignatone, al que el papa le ha aceptado la renuncia por edad. Tiene 75 años. Dejará de ser magistrado del Tribunal Vaticano el próximo 31 de diciembre.
Rome Reports
La antigua directiva del coro de los papas, condenada por malversación
Primera instancia
La sentencia distribuida por el Vaticano de este proceso que cierra su primera instancia establece también que Palombella debe pagar una multa de 9.000 euros y estará “inhabilitado para cargo público por tiempo igual a la duración de la pena de prisión”. Nardella está condenado también a una multa de 7.000 euros y a la inhabilitación perpetua para cargos públicos; al igual que Rossi, que deberá pagar 5.000 euros.
El Tribunal vaticano, presidido por Giuseppe Pignatone, considera probado que en su gestión del coro papal se han producido Malversación, blanqueo de capitales y fraude principalmente en los discos y conciertos que el que se realizaban por Italia y el mundo. De hecho, señalan los medios vaticanos, el sacerdote salesiano y el jefe de administración ya fueron anteriormente condenados por abuso continuado de funciones por conductas relacionadas con la organización de conciertos a favor de importantes empresas italianas.
Además, el tribunal reclama que “el decomiso, en cuantía equivalente, de 123.646,21 euros, más intereses y revalorización, como beneficio de los delitos de malversación de fondos” a Nardella; el decomiso conjunto de “127.000 euros, más intereses y revalorización, en concepto de beneficio del delito de abuso de funciones” a Nardella y Palombella; y el decomiso de “29.699,02 euros, más intereses y revalorización, como beneficio del delito de malversación de caudales públicos” al matrimonio italiano. Este dinero el cálculo del lucro que habrían generado con su personalísima gestión. A esto hay que añadir que han sido condenados a pagar las costas judiciales; y de algunas acusaciones han sido absueltos por ausencia de pruebas o por inexistencia del hecho.
Recelo con la dirección
Por la sala de audiencias de este juicio ha pasado incluso Georg Gänswein, secretario de Benedicto XVI, quien aseguró que había malos tratos a los niños o anomalías en los presupuestos o recelo con la dirección del coro, aunque no se detectaron “incorrecciones administrativas y financieras”, recogen los medios vaticanos.
Palombella, turinés nacido en 1967, legó a la Capilla papal el 2010 y logró contratos como la grabación en exclusiva con el sello discográfico ‘Deutsche Grammophon’, siendo premiado en 2016 por su disco ‘Cantate Domino. La Capilla Sixtina y la música de los Papa’. Tras su renuncia en 2019, fue recolocado por su congregación en la provincia Lombarda, en Milán. Desde el 14 de septiembre de 2021 es Maestro director de la Capilla Musical del Duomo de Milán.
Vida Nueva
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