"Ahora más que nunca, los últimos tienen que ser los primeros"
"No podemos servir a Dios y al dinero, porque El no quiere que nadie pase hambre"
El teólogo José Antonio Pagola (Añorga, Guipúzcoa, 1937), cuyo último libro Jesús. Aproximación histórica (PPC, Madrid 200), un éxito editorial, con 80.000 ejemplares vendidos, levantó opiniones contrapuestas, ha pronunciado sendas conferencias en la parroquia de Santo Tomás, la primera titulada La alternativa de Jesús y la segunda Volver a Jesús: tarea urgente en la Iglesia de hoy, que han llenado de público ambas tardes el templo de extramuros para escuchar al que ha sido rector del Seminario de San Sebastián y vicario de su diócesis. Lo entrevista Emilio López en Diario de Cádiz.
Pagola, licenciado en Teología por la Universidad Gregoriana de Roma, en Sagrada Escritura por el Instituto Bíblico de Roma y diplomado en Ciencias Bíblicas por la Escuela Bíblica de Jerusalén, profesor en el Seminario de San Sebastián y en la Facultad de Teología de Vitoria, aceptó ser entrevistado por este periódico sobre la actualidad de la Iglesia y del mundo, cuyas opiniones reproducimos.
-Después de la retirada de su libro por la propia editorial, tras las opiniones contrapuestas sobre el mismo, pese a contar con el nihil obstat e imprimatur episcopal, ¿usted es de los que ponen la otra mejilla?
-Una Iglesia con sensibilidad, incluso crítica nos lleva a una Iglesia más evangélica y más humana, por eso respondo donde tengo que hacerlo, pero sin airearlo, lo que me ha dado autoridad moral. Lo contrario sería quitarle el protagonismo a Jesús, al que quiero anunciar. Si hay que sufrir, se sufre.
-Su paisano Odón Elorza, el anterior alcalde de San Sebastián, ha declarado que la crisis actual puede servir para despertar valores como la solidaridad. ¿Coincide con esa opinión?
-Vamos a tener que aprender a vivir una vida más austera y sin duda más sana, aprendiendo a renunciar y a ser solidarios, desde la familia al propio entorno. El bienestar fácil se ha terminado y vamos a tener que vivir de una manera más humana y más evangélica. Nos va a costar y será doloroso, especialmente para los jóvenes, y las familias van a tener un peso importante, porque en tiempos de crisis esos lazos se robustecen. De todas formas, siempre hay que mirar con esperanza.
-¿Cuál debe ser el principio de actuación en estos nuevos tiempos?
-Los últimos, ahora más que nunca, tienen que ser los primeros, y para lograrlo la compasión es la única manera de que nos parezcamos un poco a Jesús, que así nos mira y nos trata. Tenemos que vibrar y padecer con el otro, sentirlo y reaccionar.
Estos grandes valores no se cultivan en una sociedad fácil, pese a que al final es lo que se nos va a preguntar es que hicimos al encontrarnos con un necesitado.
-¿Que papel le corresponde a la Iglesia en estos tiempos de crisis?
-La Iglesia debe centrarse con verdad y con más fidelidad en la persona y en el proyecto de Jesús, que quiere un mundo más humano, más sano, más digno y más dichoso para todos, empezando por los últimos. Que la gente vea que le preocupan sus sentimientos y que trabaja por una vida más feliz y más dichosa. Ser cristiano es seguir a Jesús y eso se nos ha olvidado. La religión tiene un peligro, que se puede convertir en un tranquilizante, no podemos servir a Dios y al dinero, porque El no quiere que nadie pase hambre, sino que todos tengan una vida digna.
-¿Hay motivos para ser optimistas?
-En lo material no hay motivos, pero si para afrontar la crisis con valores, progresando en calidad humana, en lo que creo que los jóvenes van a sacar lo mejor que llevan dentro. Jesús en las unciones pone en marcha un proceso de sanación social y lucha contra la hipocresía y el culto vacío de amor, con el perdón como horizonte, porque Dios nos entiende y nos comprende siempre. Por eso nos dijo 'no tengáis miedo', porque quiere vernos viviendo con confianza y sabiendo acoger a los demás con ternura , que es otro valor que también se ha perdido y que tenemos que recuperar .
RD