Tuesday, February 28, 2012

El «papable» americano que desafía a Obama

El cardenal de New York Timothy Dolan ha sido la verdadera «revelación» del último consistorio

ANDREA TORNIELLI
ROMA

Tras su llegada a la Gran Manzana y su sorprendente elección como presidente de los obispos de Estados Unidos, los periódicos y las televisiones empezaron a llamarlo «el Papa americano». Ahora que los cardenales lo han escuchado hablar de evangelización durante el summit previo al consistorio, Timothy Michael Dolan sería «verdaderamente» papable, si no fuera porque nació en Estados Unidos: los americanos, se dice, no pueden ser candidatos porque su país ya es una superpotencia en el mundo, aunque ciertos análisis geopolíticos del pasado ya no se dan por descontados.

Originario de St. Louis, en Missouri, tiene 62 años, ha vivido en Roma durante 7 años dirigiendo el Colegio Norteamericano. Arzobispo de Milwaukee desde el 2002 al 2009, fue trasladado a New York hace tres años, donde nada más llegar declaró «Mi objetivo primario es uno, es decir encontrarme con people and people». Con su entrada en la sede episcopal más importante de Estados Unidos, hubo quien creyó que había terminado la época de la Iglesia inamovible en la defensa de los principios: Dolan no es un intransigente y sus posiciones no son del todo asimilables a las de la corriente más conservadora del episcopado estadounidense. Y sin embargo el «Papa americano» firme en ladoctrina, pero abierto en cuestiones sociales y a sus anchas en la modernidad, fue el primero que defendió como un león a Benedicto XVI durante el escándalo de la pederastia, atacando duramente al «New York Times». Y ahora no deja de alzar la voz contra la decisión de la administración Obama de hacer obligatorio incluso para las iglesias y las asociaciones religiosas el seguro sanitario para sus empleados que incluya reembolsos para contracepción y aborto:«El presidente nos está diciendo que tenemos un año para entender como violar nuestras conciencias... la suya es sólo una decisión desconsiderada», ha comentado Dolan.

El nuevo cardenal en Roma, en la jornada de reflexión previa al consistorio impresionó y sorprendió a sus colegas purpurados por su punto de vista: «La nueva evangelización se lleva a cabo con la sonrisa, no con el ceño fruncido», dijo, poniendo en duda cortésmente la idea de considerar New York como la «capital de la cultura secularizada» que le había sido dada a entender. Demostró que no ve el mundo como un abismo de perdición sino como un campo cuyos frutos hay que recoger, hablando de «una innegable apertura a la transcendencia» presente incluso en lugares que «normalmente son clasificados como "materialistas"- como por ejemplo los medios de comunicación, el mundo del espectáculo, de las finanzas, de la política, del arte». Invitó a los teólogos a «tratar de hablar de la fe como si fueran niños» porque «necesitamos volver a contar como si se tratara de un niño, la verdad eterna, la belleza y la simplicidad de Jesús y de su Iglesia». Dijo que los cristianos tienen que estar «seguros», pero nunca ser «triunfalistas», reconociendo que «la Iglesia misma siempre necesita ser evangelizada». Y concluyó su discurso pidiendo perdón por su«italiano primordial».

La intervención del arzobispo de New York entusiasmó a los cardenales, centrando la atención en un prelado muy distante de ciertos modos de actuar clericales, durante las visitas de cortesía, cuando Dolan distribuyó sonoras carcajadas y fuertes palmadas en la espalda no solo a los expansivos neoyorquinos llegados a Roma para homenajearlo, sino también a los espigados prelados de la curia y a los compungidos hermanos purpurados. El más conocido de los vaticanistas estadounidenses, John Allen, que recientemente le ha dedicado un libro-entrevista (A people of hope) lo ha definido la "rockstar" del consistorio, recordando sus dotes comunicativas. Y Dolan fue fiel a sí mismo también el lunes pasado, cuando llevó a la audiencia a su madre de ochenta y cuatro años Shirley y pidió al Papa que la proclamara «primera dama del colegio cardenalicio». Ratzinger dijo a la señora: «¡Usted parece muy joven para ser la madre de un cardenal!». Y ella, demostrando que el ingenio es una característica de familia, preguntó: «¿Es una declaración infalible?».

Dolan no se niega a dejarse hacer una fotografía con la visera de baseball y el chándal. Se reúne con los muchachos de la Gran Manzana en los pubs, donde responde a sus preguntas. Tiene un blog que actualizó incluso durante su permanencia en Roma: contaba su mañana en la Ciudad Eterna, con la confesión, la misa y el indefectible plato de pasta. Invitando al lector a imitarlo en la confesión frecuente. Pero la comida es su punto débil: durante el último año ha estado a dieta y ha perdido 25 kilos, pero a pesar de ello, el anillo cardenalicio que el papa le puso en el dedo, tendrá que ser agrandado. «Se ocuparan los ayunos cuaresmales de darme una mano», ha comentado con la habitual sonrisa el «Papa americano».


Vatican Insider

No comments: