Wednesday, October 09, 2013

El abogado del diablo - Un cuento ante el cierre de Tutela Legal en El Salvador

El 3 de octubre pasado les informamos que en El Salvador, criticaron el cierre de la oficina defensa DDHH. También indicábamos que el Presidente Funes lamentaba el cierra de Tutela Legal del Arzobispado de San Salvador. Para los que no la vieron, pueden obtener la información aquí


El abogado del diablo

Erase una vez un país pequeño y vital, como el corazón del ser humano. Este país condesaba de manera especial la historia, las luchas y los sueños de los pueblos de Abya Yala.

En ese pequeño terruño el mal andaba a cara descubierta y el amor tenia la carne viva en las multitudes.  Los calendarios de este pueblo estaban marcados por los poderosos: dueños de todas las geografías, decidían las fiestas, mezquinaban el trabajo, negociaban con el hambre. ‘Los muchos’ vieron repetirse las escenas de una sola película: ‘los pocos’ dueños de todo, gobernaron con café, sin él, con militares, sin ellos, con pescados, con conciliación, con arena o sin ellos…

Tan abusivos eran ‘los pocos’, que ‘los muchos’ se cansaron. Exploto una bomba que llevaba 500 años formándose, 200 años, 50 años, 10 años… la paciencia del pueblo se acabó y los cerros fueron abonados con la sangre de los compas.

El corazón de América, llevaba el nombre de ‘El Salvador’. Dicen los más abuelos que ese nombre lo tomaron del recuerdo de un pescador, que siendo pobre, se arropó con sus dolores y pario la vida en sus luchas. Este buen hombre, moría asesinado por ‘los pocos’ de su tiempo… pero ‘los muchos’ del año cero lo proclamaron vivo en medio del pueblo. La resurrección fue el día más luminoso para las víctimas, para los chingados, para los jodidos, para los ninguneados.

Así fue, dicen los que cuentan cuentos. Este ‘Salvador de los muchos’, le dio nombre a este país jodido por ‘los pocos’. Pero este mismo ‘Salvador’ le dio el más grande regalo a este pueblo: ‘un tímido’ que despertó en la noche oscura de su pueblo, que arrebatado por los gritos de las velas impuestas optó por ‘los muchos’. Un ‘Monse’, que olvidando la mitra y el báculo, se desnudó con su pueblo y se aventó a la lucha de todos los tiempos, la del pescador, la de El Salvador… la lucha por la vida de ‘los muchos’.

Monse se convirtió, en poco tiempo, en la palabra que daba vida a los muertos, en la voz que daba rostro al desaparecido, en el ABOGADO DE LOS POBRES. Romero se volvía increíblemente parecido al carpintero que acariciaba a las mujeres golpeadas por un mundo machista y asesino. 

‘Los pocos’ no lo soportaron. Ellos que nada entienden de caricias, prefirieron dar un golpe y repitieron la receta: 2000 años después de clavar a fondo los clavos al pescador para que no escapase de la cruz, decidieron clavar con balas al buen Romero. La noche del pueblo, se hacía más oscura en la muerte del pastor, del compañero. Asesinado el abogado de los pobres, las masacres se multiplicaron… todavía hoy se oyen los clamores que nacen de las entrañas de Morazán, de los ríos de Chalate, de lo hondo de Usulután, del mar de la Libertad… todavía hoy huelen a sangre fresca las manos de ‘los pocos’…

Quizás por eso, ellos también necesitaron un abogado… y lo consiguieron: el dinero que todo compra, el poder que todo seduce y la cobardía cómplice, encantaron al ABOGADO DEL DIABLO. Vestido igual que el abogado de los pobres, hablando del mismo pescador y rezándole al mismo ‘Creador’ buscó confundirnos…  pero ‘los muchos’, que tienen memoria y coraje, desnudaron de pompas al príncipe del mal.

Dicen los abuelos, que así se vieron la cara el demonio y Dios, en ese rincón del mundo que recuerda en su nombre al pescador de Galilea. Allí, donde el abogado del diablo quiso robar las 50 mil fojas de la memoria cambiando ‘unas chapas’, cerrando una oficina, bajando el cuerpo del santito, escondiendo la memoria, soterrando a las victimas…

Ahí donde los pocos tuvieron su ‘Escoba con Alas’… pero olvidaron que la memoria no se roba, que la esperanza no se cierra y que la lucha no se amnistía…

Chin pum

Francisco Bosch
Las Palmas, San Salvador, El Salvador

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