Su autor, Maupal, ya dibujó un mural con Francisco emulando al "superman de los valores"
El artista prepara un documental con la RAI "Un selfie con el Papa", que se emitirá en Navidad
(Jesús Bastante).- ¿Es un pájaro? ¿Es un avión? No, ¡es el Papa! Algo similar debieron sentir los vecinos de un céntrico barrio romano, cercano al Vaticano, cuando hace dos años se despertaron con un grafitti de Francisco, a modo de "superman", portando en su inefable maletín negro los "valores" de la Humanidad. La situación ha vuelto a repetirse esta misma semana.
En esta ocasión, el dibujo representa al Papa, subido en lo alto de una escalerilla, jugando al clásico "tres en raya" sobre el escaparate de una tienda de licores. Pero, en lugar de círculos, Francisco consigue ganar el juego con tres símbolos de la paz. A su lado, un guardia suizo vigila en la esquina.
Como sucediera en 2014, la policía romana ya ha procedido a su borrado, entre críticas de la sociedad italiana, que ve en este ejercicio artístico una prueba más del amor al Papa Francisco. El autor de ambos grafittis es el artista callejero Mauro Pallota, que firma sus trabajos como Maupal.
Junto a su faceta como pintor, Maupal es uno de los responsables del documental "Un selfie con el Papa", que la RAI emitirá esta Navidad, y para el que se pide a personas de todo el mundo que envíen fotos y vídeos con el Santo Padre. La idea, según explicó Pallota, es rendir homenaje al Papa Francisco. No se descarta que este último mural forme parte de la emisión.
El diario de los obispos, "Avvenire", subraya en su editorial que "nos gusta pensar que el autor del grafitti, Maupal, haya querido rendir homenaje a las palabras del pontífice. A sus ideas de paz como 'producto artesanal', que se construye día a día con el compromiso de todos, también de los pequeños, usando incluso el lenguaje del juego inocente para derrotar rabias y egoísmos".
No obstante, en una recepción al artista, tras el primero de los grafittis, Francisco resaltó que no le gusta ser considerado un "superhéroe". Como decíamos, es sólo un hombre. Pero con un destino imprevisible: conducir a la Iglesia más cerca del Evangelio de Jesús.
RD
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