Wednesday, December 13, 2017

Motivos para la esperanza: tomarse un cafelito por Borja Miró sj



Veo todos los días el telediario. Si puedo, tanto al mediodía como a la noche, aunque sean idénticos. Habitualmente lo veo mientras me quejo. Ojo. Que las noticias son siempre sota, caballo y rey. Y no hablemos de la tendencia a convertirlo en El Caso. Pero es importante estar informado. Y merece la pena ser paciente, por lo que uno pueda encontrarse por el mundo.
Y en mitad de mi cita con las noticias y el autodefinido del periódico, llegó esa noticia. La que al terminar la jornada, ya en la capilla, me hizo dar gracias a Dios porque el hombre, que parece un desastre empeñado en hacerse mal, puede ser la pera. Resulta que en mitad de las ruinas de Alepo, con todo reventado alrededor, han abierto una cafetería. Pero no una cafetería cualquiera. No. Una señora cafetería con terraza, con sus sillas de plástico y sus sombrillas. Mira que habrá mil negocios más lucrativos que una cafetería en una ciudad que está por reconstruirse enterita. Y di gracias no solo porque se acerque el final de la guerra en Siria, sino por lo que la imagen de esa humilde cafetería con sus parroquianos charlando en torno a una taza de café tiene de lección de esperanza para todos nosotros.
Porque detrás de un negocio, lo que se entrevé es la apuesta de una persona por ganarse la vida haciéndosela más agradable a los demás. Porque en torno a un simple café se cuecen muchos amores; se consolidan nuevas amistades; se rememoran viajes, paisajes, conciertos; se ríe mucho y también se llora mucho. Porque detrás de una sombrilla, lo que se entrevé es la llamada de una persona a que la gente descubra que, en mitad de lo que parece ser ya solo gris y sombrío, la vida vuelve a abrirse paso, el sol pega duro y calienta.
Que en una situación tan dolorosa, con una guerra aún encendida, nos podamos topar con alguien que haya decidido que su saludo ante cada persona sea “¿qué desea(s de mí)?”, cuando quizás a tantísimos nos brotaría un “¿qué tienes para mí?”, es algo genial.

Creo que, mientras tengamos a ese buen tipo de Alepo, la cosa tiene solución.
Creo que, mientras podamos tomarnos un cafelito -con toda la vida que supone- hay motivos para la esperanza.
Borja Miró sj
pastoralsj

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