Saturday, December 01, 2007

Un momento para la oración


Lucas 21, 34-36
"Cuiden de ustedes mismos, no sea que una vida materializada, las borracheras o las preocupaciones de este mundo los vuelvan interiormente torpes y ese día caiga sobre ustedes de improviso, pues se cerrará como una trampa sobre todos los habitantes de la tierra. Por eso estén vigilando y orando en todo momento, para que se les conceda escapar de todo lo que debe suceder y estar de pie ante el Hijo del Hombre."
¿Qué me estás diciendo, Señor?
Reflexiones sobre la lectura de hoy

Es una frase curiosa, pero apropiada: "no sea que ... las borracheras ..." El alcohol es un narcótico, y embota el corazón. Aunque es vendido para entregar alegría, en la mañana siguiente todos estarán de acuerdo con Nietzsche en que "la madre de la borrachera no es la alegría sino la falta de ella". La alegría y la moderación caminan de la mano. Cuando nuestros corazones están alegres, nuestros cuerpos son un buen lugar donde estar: no necesitan ser abandonados por nuestras mentes drogadas.
De Espacio Sagrado

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