Tuesday, July 08, 2014

La reforma de Francisco, en sus horas más difíciles


El clan de Bertone logra colocar a De Franssu al frente del Banco Vaticano


La presión del “loby maltés” amenaza los cambios en el corazón económico de la Santa Sede


(Jesús Bastante).- Estos días está siendo, de nuevo, noticia. El Banco Vaticano acaba de presentar sus cuentas, y se anuncia para mañana el cambio en la presidencia del IOR. ¿Se conseguirá poner orden y transparencia en esta institución, o tendrá que echar el cierre por ineficacia, mala gestión o intereses ocultos? Francisco se enfrenta a la que posiblemente sea la decisión más difícil que haya tomado en estos casi 17 meses de gobierno al frente de la Iglesia, y que puede dar al traste con la reforma económica que se estaba planteando. ¿Vencerán los lobos?
Salvo sorpresa mayúscula, Von Freyberg dejará paso al francés De Franssu, en lo que supondrá el tercer cambio de dirigentes (antes estuvo Gotti Tedeschi) en menos de dos años. Algo que no parece bueno en ningún sitio, pero menos aún en un banco que debe garantizar a sus clientes seguridad y estabilidad. Y no digamos en "este" banco. Que es el Banco del Papa.
¿Qué es lo que está pasando? Todos recordamos el episodio de la salida de Ettore Gotti Tedeschi del IOR, en circunstancias cuando menos extrañas y con un misterio más propio de las novelas de Dan Brown que de la vida real. El escándalo de Vatileaks nos ha demostrado que, en ocasiones, la ficción puede superar a la realidad.
Tras Tedeschi, desembarcó Von Freyberg, en un momento de zozobra, con Benedicto XVI en sus últimos días tras anunciar su renuncia y sin esperar a la elección de su sucesor. En pocos días, la "vieja guardia"hizo nombrar un presidente y un consejo de cardenales que, como era previsible, nació muerto.
Francisco no tenía previsto que la reforma económica fuera la primera que tuviera que abordar. Sin embargo, las circunstancias le obligaron a ello. Entretanto, los lobos siguen acechando, e intrigando con la tan manida excusa de "cambiar todo para que no cambie nada".
Se anuncia para mañana la reestructuración del IOR, y una nueva cúpula directiva. ¿Otro cambio? ¿En un año? Cuando menos, suena extraño. Muy extraño. En este período, además de los cambios en la presidencia, han renunciado el director, el subdirector y algunos de sus dirigentes más conocidos, y el Banco ha asistido a la entrada de Promontory, una sociedad de consultoría Americana para analizar las cuentas de la institución.
¿Un ejercicio de transparencia o, como señalan algunos, una peligrosa estrategia? Porque ¿dónde terminan los datos de esa empresa? ¿Quién controla esta información, sobre todo en casos de "especial sensibilidad"?
Todos damos por hecho que el nuevo presidente del IOR será el francés Jean Baptiste De Franssu, un francés. Los datos que encontramos sobre este perfecto desconocido nos ponen sobre alerta. "Cambiar todo para que nada cambie". Franssu, al parecer, era la otra opción a Von Freyberg hace un año. Es, para entendernos, una elección de Bertone. Aunque mantiene cierto contacto con el actual equipo, Franssu no habla ni una palabra de italiano, y su experiencia está en el campo de la gestión de capitales, y no en la gestión bancaria.
Tras su nombramiento, se especula con la aparición del llamado "lobby maltés" (en el que se le incluye, así como a Francesco Vermiglio y Joseph Zhara, miembros del Consejo de Economía; mientras que se desconoce la función del secretario del Papa,Alfred Xuereb, a quienes algunos acusan de "malmeter" a Francisco), que parece controlar con rapidez el corazón económico del Vaticano, y que por el momento goza de la confianza del nuevo "ministro" de Economía de la Santa Sede, el cardenal Pell. De hecho, la Santa Sede ha anunciado una rueda de prensa para este miércoles en la que estarán presentes Pell, Von Freyberg, De Franssu y Zhara.
¿Supone esto la solución, o un paso más para la descomposición del IOR, merced a luchas internas de poder que Francisco aún no ha podido frenar? El Pontífice tiene que tomar, en las próximas semanas, algunas decisiones complicadas. ¿Acertará? Las presiones son grandes, e interesadas. Y la reforma podría pender de un hilo.
RD

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