Thursday, February 28, 2008

¿Volvemos a comulgar de rodillas?


La noticia es una más de las que circulan como rumor y no se sabe bien si saldrá o no adelante. Pero si es así, mucho me temo que tampoco podrá borrar lo que ha sido norma hasta el momento actual. Me refiero a la comunión de rodillas y en la boca. Que parece ser una costumbre que quiere retomarse y tiene que ver con el debido respeto a la sagrada forma. Existen en muchas catedrales y santuarios reclinatorios, que unos utilizan y otros no. Es un revuelto multiusos.
Personalmente, prefiero la forma en la mano y de pie. Pero desde luego si hay un monaguillo con la patena puesta bajo mi garganta, abro la boca y comulgo sin mayor problema.Me parece que estos resabios litúrgicos de vuelta al pasado contentan a una minoría de la Iglesia. El resto somos hijos de la época y cuanto más barroquismo le pongan al empeño, probablemente nos sintamos más incómodos. La música sacra es una maravilla, el canto gregoriano una delicia, todo es patrimonio de la Iglesia y está bien darlo a conocer. Seguramente buscando ir a lo esencial algunos se han pasado cuatro pueblos. Por eso no está mal que para preservar lo esencial se marque bien la ruta o itinerario a seguir.
Sin embargo, mucho me temo que entre Jesucristo Superstar y la Pasión de Mel Gibson, hay un camino intermedio, sin necesidad ponerse en ninguno de ambos extremos para desacreditar al contrario. Creo que al final es más importante la actitud personal frente al acontecimiento más importante de la Santa Misa que es la Eucaristía, sin que se convierta en una merendola de amigos. Porque por mucho que tenga algo de fiesta, no hay que ocultar lo que tiene de oblación y sacrificio.
Pues estamos en esos tiempos en que ambos extremos tendrán que encontrarse. Y estoy segura que eso va a suceder de manera natural. Caerán los muros que dividen en irreconciliables las posturas, porque todos estamos abiertos a pensar en la misericordia y el amor, por encima de cualquier otra consideración. De manera que todos tendremos que ceder un poco, sin soñar con una Iglesia primitiva que tuvo su momento y condiciones históricas concretas hace dos mil años.
Dicen que los religiosos se reencuentran con el carisma original de los fundadores y lo reinterpretan a la luz de los tiempos. Algo así debe seguir haciendo la Iglesia desde donde emanan encíclicas y homilías, seguir el diálogo con su tiempo sin perder la esencia del mensaje.
Por ello cuando escuchemos las voces disonantes, deben de interpretarse de manera que se puedan entender como propuestas y no como toques de arrebato que llaman a la rebelión. Porque ya sabéis que hoy se escucha en los púlpitos “No creáis que he venido a abolir la ley y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud “ Mateo, 5, 17-19.
De modo que mientras muchos siguen empeñados en una Iglesia diferente, se olvidan de vivir en la Iglesia de su tiempo, creando un abismo infranqueable que separa ambas corrientes. Y resulta que caemos en los discursos de los falsos profetas. De entrada, con la libertad que me da este espacio, prefiero seguir el curso del río antes que seguir la llamada de ningún afluente.
“Desde la libertad, canto, lucho pervivo, desde la libertad”. Son versos de Miguel Hernández que me viene en este momento a la memoria y los pongo en común con el lector. Construyamos entre todos una Iglesia fraterna, subrayando lo que nos une antes que lo que nos divide. El respeto mutuo no significa silencio ominoso. Podemos y debemos discrepar con aquello que no estemos de acuerdo, pero no olvidemos que formar parte de ciertos lobbys de fuerza y de presión, podemos llegar a ser no la voz profética sino la falsa voz que tanto tememos.
Carmen Bellver
Del Blog Diálogo sin fronteras
Carmen Bellver
Católica, laica, convencida de que la fe libera y humaniza al individuo. Diplomada en Ciencias Humanas, Maestra de Audición y lenguaje, ejerce la docencia en un Centro público.
Es una apasionada de las Ciencias Humanas, donde el diálogo fe-cultura abarca múltiples aspectos: religión, filosofía, literatura, teología, política, antropología, sociología... Colabora en diferentes publicaciones aportando sus convicciones a esta sociedad que reduce el hecho religioso a lo privado, por ello su blog desea ser un espacio de opinión donde la fe y el humanismo caminen juntos.

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