Wednesday, July 22, 2015

Tomás del Valle: "En Estados Unidos, no hay más obispos hispanos por miedo". Ver video completo


"Aquí la Iglesia funciona como una corporación, como una empresa"


"Aquí duelen las críticas del Papa al sistema financiero mundial como un sistema inicuo"


(José M. Vidal, Nueva York).- Tomás del Valle, sacerdote-periodista nació en Madrid, pero lleva 26 años en Nueva York, tras pasar por Puerto Rico. En la Gran Manzana se ha convertido en un referente para la comunidad hispana, a la que sirve en su parroquia, a través de las ondas de la radio y con su ONG 'Descubriendo el siglo XXI'. Crítico, asegura que "en USA no hay más obispos hispanos por miedo" y reconoce que en Wall Street "duelen las críticas del Papa al sistema financiero mundial".
'Descubriendo el siglo XXI' es el nombre de tu ONG
Efectivamente.
Una ONG situada en pleno corazón de Manhattan
Sí, como dice mi sobrina, el gusano de la manzana.nAl lado la de la central de autobuses y de Time Square, llamado así porque aquí se fundó el New York Times. Es decir, estamos en el corazón del mundo.
Llevas aquí 26 años y viniste para estar tres meses.
Una historia bien curiosa.  Yo pertenezco a la archidiócesis de San Juan de Puerto Rico y el obispo me mandó...
Pero naciste en Madrid
Nacido y criado en Madrid, y malcriado en El Caribe (risas)
Tu padre trabajó en la RENFE, en el departamento de comunicaciones y relaciones públicas, ¿fue allí donde mamaste la profesión de periodista?
Sí, trabajó allí durante cuarenta años y, como digo muchas veces, yo aprendí a leer en la prensa que llegaba a mi casa; mi abuela me enseñó las primeras letras y mi padre me proporcionaba los periódicos y las revistas de los trenes.
A los pocos años, ¿te vas a Puerto Rico con toda la familia?
No, me fui yo solo a estudiar, y allí entro en el seminario de San Juan. Regreso a Madrid a terminar mis estudios eclesiásticos en el seminario, donde me ordeno de diácono y de vuelta a Puerto Rico, de presbítero.
¿Estamos hablando de la época de Tarancón?
Sí, finales de Tarancón, yo me ordené en 1979, en junio de diácono y en diciembre de presbítero.
¿Y no te incardinaste en Madrid?
No. Mi madre fue a mi ordenación. Recuerdo que en una ocasión, una vez muerto mi padre, le pregunté si ella quería que me quedara en España o que me fuera, y ella me dijo una cosa que para mí fue clave en la vida; "por querer, ni tu padre ni yo, hubiéramos querido que te hubieras ido de casa, pero ni tu padre ni yo somos quienes para impedir que seas feliz y sigas tu vocación. Así que sepas que mientras yo viva mi casa será tu casa". Y después cuando volví a España y di la primera misa le pregunté: ¿quieres que me vaya o que me quede? Y me contestó: "¿Para qué me preguntas, si siempre has hecho lo que te ha dado la gana?"
¿Dónde celebraste la primera misa?
En Madrid, en la parroquia San Eduardo, en Tetuán de las Victorias.
¿Tu familia era de por aquélla zona?
Sí, vive por aquélla zona. Somos de Argüelles, pero nos mudamos allí en los años 50.
Entonces, eres gato, gato...
Sí, de padres y abuelos madrileños. Más tarde, empecé a trabajar en Puerto Rico, donde hacíamos tres cosas a la vez: yo atendía una escuela, era vicepárroco de la Catedral de San Juan, y estaba cursando las licenciaturas de Historia de Puerto Rico y de Comunicación. Así fui poco a poco luchando. Y en un momento dado, el obispo me pidió que fuera a Roma a estudiar. En ese momento yo no tenía muchas ganas de ir a Roma, ni tenía dinero. Opté por quedarme en Madrid, en la Universidad de Comillas hice una licenciatura en Historia de la Iglesia, y solicité en la Gregoriana, en la Facultad de Comunicaciones y en la Escuela de Historia de la Iglesia. Había solicitado una beca y faltando dos semanas para empezar el curso me dijeron que lo sentían pero sólo quedaban plazas para la licencia, no para el doctorado.nEntonces estuve un año o dos trabajando, medio estudiando, investigando para la tesis, que para eso vine en verano a Nueva York por unos meses, y ya van veintiséis años.
Y finalmente te dedicaste a la pastoral de las comunicaciones
Una asociación argentina que estaba aquí me ofreció un trabajo en comunicaciones. Entonces vivía, (y aún vivo) en una parroquia y combinaba el trabajo sacerdotal con la pastoral. Incardinado en una parroquia, me hice cargo de la comunidad hispana. Esta obra en concreto, Descubriendo el Siglo XXI, nació de una necesidad de esta comunidad.
¿Cómo?
La historia surgió porque en un momento dado dirigí la oficina de comunicaciones del Centro Católico Hispano del nordeste, que prestaba servicios pastorales a treinta y seis diócesis. Cuando muere el cardenal O'Connor que era el presidente de la corporación, su sucesor se encuentra con una situación económica bastante precaria y empieza a cerrar oficinas. Yo me quedé en la calle, pero afortunadamente, a los quince días, me llamaron para un pequeño trabajo de traductor en las Naciones Unidas. Eso me dio un cierto margen de actividad.
Fue entonces cuando la Asociación de Sacerdotes Hispanos de Nueva York, (que agrupa a todos los sacerdotes nacidos en España o en un país latinoamericano), constatamos el problema de que teníamos gente con muy buena voluntad en las parroquias, pero no había formación para ellos.  Y decidimos crear un instituto de pastoral. Como yo tenía experiencia tanto en comunicaciones como en docencia, me encargué junto a otros dos sacerdotes de crear la estructura del instituto para laicos "Beato Carlos Manuel Rodríguez", (laico portorriqueño que vivió en los años cincuenta o sesenta y que en su momento fue el segundo laico beatificado en toda la historia de América. Pero eso es otra historia...)
Pensamos que en un aula física podrían asistir a clase unos treinta alumnos como mucho, y por ello decidimos crear un aula virtual, mediante una emisora de radio, para llegar al mayor número posible de alumnos. (Estamos hablando de 2001, cuando en Internet esto no era posible).
Y os lanzásteis a la radio
Se presentó la oportunidad en una emisora que tenía espacios en venta, y los adquirimos. Comenzamos con dos horas semanales y terminamos con doce. Fuimos la conciencia y la apertura de la Iglesia, al menos en español.  Ante la crisis en 2001, la de los abusos de los sacerdotes, la de la credibilidad de la Iglesia, fuimos la única voz en la comunidad hispana que salió a dar la cara por La Iglesia. Una persona muy cercana, nos recomendó crear una ONG católica, para obtener ingresos, nos ayudó a hacer los papeles y así nació Descubriendo el Siglo XXI.
¿Cómo estáis los hispanos en Nueva York, seguís estando discriminados tanto a nivel social como a nivel eclesial?
No sé si decirte discriminados, ignorados, o que no saben qué hacer con nosotros.
En primer lugar, decir hispano, es muy genérico, hay que hablar de caribeños, centroamericanos o de andinos, porque cada uno de ellos tiene unas peculiaridades muy especiales. El núcleo fundamental del hispano en la costa Este en concreto, es portorriqueño, dominicano y cubano.
Si nos remontamos a la historia, la primera fundación hispana es caribeña, portorriqueña. Comienzan a venir en 1511. El portorriqueño tiene una ventaja, es ciudadano americano. Eso significa poder ir y volver, y esto le ha permitido una trampa, los matrimonios mixtos o de conveniencia con ciudadanos de otro países latinoamericanos. Ellos fueron los primeros que acogieron a esos grupos. Hoy en día no es frecuente porque está muy perseguido.
La comunidad portorriqueña está disminuyendo, fue la primera que se rompió la cara, después vinieron los dominicanos. Piensa que el portorriqueño viene aquí en los años 50 cuando se necesitaba mano de obra para las factorías y para el ejército. En los años 60 empiezan a venir los cubanos huyendo de la revolución. En los 70-80 empiezan a venir los centroamericanos a causa de la guerra. De los 80 en adelante empiezan a venir los colombianos. Y todos son de una gran riqueza.
¿Siguen conservando su fe? Porque la mayoría son católicos y llegan aquí, una ciudad muy secularizada...
No, no están tan secularizados. Hay que pensar en dos cosas: el mundo americano, tanto Estados Unidos como América Latina nacen con un sentimiento religioso que no hay en Europa, nacen pensando en crear una nueva Iglesia. El caso concreto de los famosos peregrinos es una lectura muy fundamentalista del hecho. Piensan: "estoy muy explotado en Europa por la Iglesia y el Emperador, cruzo el desierto", (el desierto es el mar). Llegan a la tierra prometida y se encuentran con sus habitantes que en este caso son los Cherokkes, los Pieles Rojas. Es el destino manifiesto. 
Y eso continúa en su cultura.
Sí, Dios me bendice con el progreso. Es un poco el origen calvinista y del capitalismo. Y de una nueva Iglesia. El hispano, en cambio, choca con un problema muy serio, ya que viene de una iglesia de patronato.
No lo entiendo.
Cuando se funda la Iglesia en América latina, la clave son los diez primeros años en que los dominicos plantean seriamente a la Corona en la Universidad de Salamanca: "Nosotros no tenemos derecho a invadir este pueblo, porque este pueblo es un pueblo libre". Entonces se crean las leyes de patronato, las Leyes de Indias: Nosotros nos comprometemos a evangelizar, pero ustedes nos dejan las manos libres para hacer lo que nos dé la gana. Es un momento de Iglesia de renovación, no se está de acuerdo con la Iglesia que hay en Europa, la controversia de La Reforma, del concilio de Trento y demás, por eso vamos a crear una Iglesia nueva, de ahí la Nueva Granada, el Nuevo León, la Nueva España, la Nueva Iglesia.
Durante los primeros cincuenta años de la "conquista" no se permitía la entrada en América de órdenes religiosas jóvenes. Por eso sólo vienen dominicos, franciscanos y mercedarios: congregaciones pobres y mendicantes. En la segunda mitad del XVI empiezan ya las diversas opciones religiosas. Pero siempre en ese sentido de tutela del Estado sobre la Iglesia.
¿Y qué repercusión tiene esa tutela?
El hispano está acostumbrado a que la Iglesia le protege, a que a la Iglesia la mantiene el Estado, a que la Iglesia habla su mismo idioma. Porque hay un dato muy curioso: En América no se habló español hasta el siglo XIX. Sólo lo hablaban las clases medias y altas, mientras la Iglesia favorecía el uso de las lenguas aborígenes. Cuando comienza en el siglo XIX la independencia, los criollos imponen el español. Se da el caso de que en Paraguay el 90% de la población sigue hablando el guaraní; en Guatemala, el 50% de la población sigue hablando lenguas varias; en Perú, un porcentaje alto de la sierra sigue hablando quechua.
La Iglesia era parte de la cultura y parte de la identidad del pueblo. El caso de Puerto Rico es bien interesante. Cuando en 1898 los americanos toman la isla, el clero desaparece, porque estaba mantenido por la corona. Se quedan solamente dos congregaciones misioneras, los redentoristas, unos seis o siete, y cuatro dominicos, que habían tenido permiso para entrar a finales de la última desamortización en el XIX. Es entonces que el portorriqueño empieza a identificarse: yo soy portorriqueño, porque hablo español y soy católico. Al venir a esta Iglesia que primero habla un idioma distinto y ya no tenemos la misma comunicación. Y segundo: también la estructura es diferente. Aquí la Iglesia funciona como una corporación, como una empresa, que tiene grandes héroes, grandes virtudes y que indudablemente ha sido la conciencia crítica de este país.
¿Ha estado marginada también?
Sí, el punto de no retorno es el Concilio Vaticano II y la presidencia de Kennedy.  Es cuando empieza a abrirse la presencia de los católicos en la vida pública.
¿Los hispanos estáis teniendo acceso a la jerarquía, mayoritariamente anglosajona, claro?
Hay obispos hispanos, pero de bajo perfil. Es decir, arzobispos en el país, solamente hay dos, el de Los Ángeles y el de San Antonio. Y los demás son auxiliares, como el de Brooklyn, por ejemplo.
¿Y esa falta de reconocimiento a qué se debe, no hay gente preparada?
Sí hay gente preparada. Es miedo.
Miedo ¿a qué?
Es por la memoria histórica. Aquí hubo un problema muy serio en el siglo XIX, con los polacos, en una zona de Pensilvania, con un núcleo grande de polacos, que aún sigue siendo numeroso. Había parroquias atendidas por sacerdotes polacos, pero el obispo y los párrocos eran irlandeses. Hasta que llegó un cabeza caliente y fundó una Iglesia Nacional Polaca, que todavía subsiste como Iglesia cismática. En tiempo de Juan Pablo II se trató de resolver el problema pero sin éxito. Los polacos son uno o dos millones, pero los hispanos somos sesenta o setenta millones.
Ante eso ¿no les convendría aún más potenciar la jerarquía católica hispana?
Es un poco el síndrome del avestruz: Escondo la cabeza. Por ejemplo tienes la diócesis de Brooklyn que es una diócesis desmembrada de Nueva York, que creo que es la única en el país que es urbana, y son Brooklyn y Queens. Tienen un departamento de comunicaciones bastante discretito, mañana vamos a tener la cuarenta y pico reunión sobre la Jornada Mundial de las Comunicaciones. Durante cuarenta años, sólo ha habido dos ponencias en español, una hace como cinco años y otra mañana en una mesa redonda.
¿Pero esto se debe a que la gente hispana que va a escuchar esas ponencias es muy minoritaria?
A que no se sabe cómo llegar a la comunidad hispana o no se quiere llegar.
Se les mantiene en los márgenes de la estructura eclesiástica.
Sí, nos mantienen en los márgenes.
Y de los sesenta millones  de hispanos en USA, ¿cuántos se calcula que hay en Nueva York?
Calculamos que de cuatro a cinco millones.
¿Y no hay pastoral directa y dirigida a los hispanos?
Hay algo en la diócesis de Brooklyn, en las diócesis de Nueva York se está intentando...El primer arzobispo que realmente tuvo visión de futuro de la comunidad hispana fue el cardenal Spellman, que se encontró con casi dos millones de portorriqueños católicas, y no tenía cómo evangelizarlos. Montó una serie de programas, obligó a que los sacerdotes fueran durante temporadas e incluso años enteros a Puerto Rico a aprender el idioma y las costumbres.
¿Hay pocos sacerdotes de origen hispano? ¿A qué se debe?
Sí, hay pocos y se debe a diversos factores. El primero es que el modelo de Iglesia no atrae, es una Iglesia corporación y las vocaciones surgen en los grupos apostólicos o en las familias, donde hay un cierto rechazo a este modelo. Personalmente creo que se trata de un problema cultural. Por eso me quedé acá.
Cuando estaba decidiendo si me iba o no me iba, el que era jefe de personal y vivía en la misma parroquia que yo me dijo: mira, necesitamos sacerdotes como tú. No porque hables español, sino porque entiendes la mentalidad de la cultura.
Nosotros veníamos de Iglesia de patronato en donde podíamos hacer lo que nos daba la gana en la Iglesia, salir con el santo a las tres de la mañana...Aquí no, aquí el católico es de encerrarse, de catacumbas, más interior. Pero también más orgulloso: es mi Iglesia y yo la mantengo.
Ese sentimiento de pertenencia ¿sigue vigente en los hispanos?
Sí, pero ya en la segunda generación empieza a diluirse. El que la primera generación nunca rompa sus lazos es otro de los grandes problemas con la inmigración de los Estados Unidos. 
El inmigrante católico que llega a finales del siglo XIX, principios del XX, lo hace con un billete solo de venida, es decir cortaban con sus lazos de origen. El hispano es ida y vuelta, aunque nunca vuelve, pero mentalmente es de vuelta también. Tú no sabes la cantidad de cadáveres que se mandan cada semana, en compañías aéreas de carga, a países de América Latina. No quieren morir y ser enterrados aquí.
Los españoles hicimos lo mismo.
Sí, es el síndrome del emigrante de ida y vuelta, pero luego nunca se va, porque luego ocurre también otro fenómeno y es que un emigrante después de cinco o diez años fuera de su tierra tiene en su cabeza y su corazón un país que no existe. Y lo sé por experiencia propia.
Y la Iglesia norteamericana, ¿es tan conservadora como se ve desde Europa?
No, es conservadora en algunas cosas externas, pero en el pensamiento teológico y dependiendo de las zonas, es centro derecha, pero más bien centro, muy fiel a Roma.
Pero ciertas cosas de Francisco les han descolocado. 

Aquí siempre ha habido defensa a ultranza de la vida; la lucha contra la legalización del aborto siempre ha sido terrible por parte del católico y, en muchas diócesis, lamentablemente ha sido la única preocupación pastoral. Que no es que no sea importante, pero como Francisco ha dicho, además está la lucha por el inmigrante, la lucha por el anciano.
La conciencia social era escasa.
Estaba concentrada en el divorcio y la lucha por la vida
Y las críticas del Papa al sistema financiero mundial como un sistema inicuo ¿cómo se perciben?
Duele, porque el católico americano es un patriota, y siente que su sistema está siendo atacado.
¿Pero ellos no ven que es un sistema injusto?
No, aquí hay una serie de factores que desde Europa son difíciles de entender. Al americano medio no le cabe en la cabeza que el Gobierno le engañe, ni que haya corrupción en el mismo, tampoco que los medios de comunicación mientan o cuenten medias verdades. El americano profundo es un hombre sencillo, que se fía de sus líderes que están ahí fundamentalmente por sus valores morales. Aquí te pueden tumbar una candidatura porque has tenido un affaire fuera del matrimonio o si te descubren un mal manejo de dinero.
Luego también hay otra cosa, en este país sólo hay cinco ciudades, con mentalidad de ciudad: Atlanta, la capital de los afroamericanos, Miami, capital de América Latina, Los Ángeles, la capital de México y Centroamérica, Chicago, capital de los polacos y los mexicanos y Nueva York, la capital del mundo. Lo demás son pueblos con estructura de ciudad. Es decir, predominio de la mentalidad rural.
¿Ese tipo de cultura le puede pasar factura a Francisco en su próxima visita con reacciones visibles en contra?
Puede haber, pero las reacciones más importantes van a ser probablemente por parte del estamento eclesiástico.
¿Los peores enemigos del Papa son los de dentro?
Puede ser, sí, porque él les está cuestionando el modelo de vida sacerdotal y pastoral. También hay muchos sacerdotes comprometidos con otras ideas de Francisco y que dicen, por fin el Vaticano II se empieza a practicar. Pero hay ciertos líderes religiosos en contra, no son la mayoría, pero los hay.
Entonces, la resistencia es cierta. Burke no es un caso aislado, es algo que está en la alta jerarquía estadounidense.
Sobre todo en la alta jerarquía. En el sacerdote medio, no tanto.
¿Los sacerdotes jóvenes son más conservadores, como ocurre en el resto del mundo?
Sí, son más conservadores: ahora muchos seminaristas quieren aprender latín para poder dar la misa en el rito tridentino.
Esa mentalidad de dejar de ser funcionario, ¿va a costar?
Sí, mira, cuando Francisco era simple arzobispo de Buenos Aires, un amigo común que fue su director espiritual, comentando el hecho de que aquí hubo una diócesis que tuvo que pagar 600 millones de dólares por abusos de niños, le dijo a Bergoglio, "Ese monseñor, qué pena que la diócesis tenga que pagar..." y Bergoglio contestó: "Me alegro de que la Iglesia americana pierda todo el dinero y se dedique exclusivamente a lo que siempre tenía que haber hecho, evangelizar, y no guardar riquezas". Y esto fue antes de ser Papa... Sí, en ese sentido se ha notado que cada vez hay mayor número a favor de Francisco, y más afluencia en las iglesias.
La gente, entonces, está con Francisco y la resistencia viene del alto clero... De ciertas áreas del alto clero. ¿Están esperando que sea una tormenta de verano?
Yo pienso que el punto de no retorno va a ser el sínodo de octubre. Ahí se van a plantear muchas cosas y se van a ver sobre la mesa muchas otras, porque el problema de la familia en una sociedad tan multicultural como es ésta, es un problema muy serio, y la aceptación o no aceptación de los divorciados y vueltos a casar y demás también lo es. Está el problema del matrimonio gay: el lobby gay es muy fuerte en este país y se está presionando para dar una solución de una vez por todas.
La gente en la base, ¿está pidiendo eso o no? ¿Las respuestas en el cuestionario y la sensibilidad son que vayamos dando pasos en ese sentido?
Sí.
Y el problema de los abusos, ¿ha terminado?
En un 90% ha terminado. En realidad fue grande, pero no tanto como se nos ha querido hacer creer.
¿Hubo campaña, como dijo algún arzobispo allí en España, por parte del New York Times, periódico judío, para desprestigiar a la Iglesia utilizando eso?
No, no es cierto. Tanto el New York Times, como el Boston Globe, que es de la misma cadena y como otros medios serios, simplemente pusieron sobre la mesa problemas que los obispos no quisieron enfrentar.
¿De cara a Roma los grandes jerarcas de Estados Unidos están convencidos de que además tienen el poder del dinero?
No, las diócesis americanas no dan tanto dinero a Roma como para pensar eso.
Suele decirse que Chicago, Nueva York...
No. Hay instituciones americanas católicas como Los Caballeros de Colón, que sí dan dinero. Pero las diócesis, poco.
¿Cómo ves la Iglesia española desde aquí? ¿Está dando pasos?
Lamentablemente da pena ver muchas reacciones. En el fondo, la jerarquía española es hija de los últimos años del pontificado de Juan Pablo II. Soy de la teoría de que Juan Pablo II controló la Iglesa durante los diez primeros años; luego, se la controlaron. Y eso dio entrada a una serie de lobbys y a una serie de presiones que impusieron ciertos obispos, que es lo que estamos teniendo ahora.
¿Cuando hablas de lobbys hablas de movimientos como el Opus Dei o Comunión y Liberación?
Sí, los movimientos fundamentalmente conservadores. Impusieron sus normas, sus obispos, su mentalidad. En el caso concreto de España, se echa de menos, viendo el bosque, no los árboles, una segunda asamblea conjunta del clero y de los obispos en la que se pongan las cosas sobre la mesa... Y luego está la formación del clero en España, que es muy virada a la derecha y muy desconectada con el mundo.
¿Invitarías a algunos chavales, curas de Madrid o de otras diócesis a venir aquí? ¿Hay misión aquí?
Sí, sí, hay misión aquí. Abundante y con pocos operarios. Nosotros llegamos aquí con el programa de radio, aprovechando las nuevas tecnologías: a la vez que se transmite en todo el área de Nueva York, New Jersey, me permite en tiempo real en Internet llegar a toda América Latina. He recibido una petición de una emisora en San Luis (Argentina) , una emisora católica, para retransmitir nuestro programa. El mismo programa lo mandamos en diferido a Puerto Rico y se oye en todo el Caribe y el feedback que tenemos es enorme. Ponemos una o dos reflexiones semanales a veinticinco mil personas que tenemos en la lista y es lo mismo.
Yo he cubierto los viajes de Juan Pablo a Israel, a Siria, a Cuba. De Benedicto, a Cuba, de Francisco, a Israel. Cuando mandábamos desde allí las notas, los mensajes, nos desbordaba la gente, porque hay ansia de información.
¿De información católica?
Y de formación.
¿Tienes pensado volver a España, volver a Madrid, volver a tus raíces?
De vacaciones. Recuerdo, cuando fui a España y me quedé en Comillas, después de un par de meses, mi madre me dijo, "mira, termina lo que estás haciendo y vete. La primera perjudicada soy yo, porque aquí tú ya no tienes sitio. Aquí ya esta Iglesia te ahoga". Y así es.
O sea, que te invitó a respirar.
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-Juan Pablo II controló la Iglesia durante los diez primeros años; luego, se la controlaron.
-La formación del clero en España es muy virada a la derecha y desconectada del mundo.

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