Sunday, June 12, 2016

EL MITO BÍBLICO DEL PECADO por VICENTE MARTÍNEZ



Hermanos, no temáis al pecado de los hombres; amad al hombre aún en su pecado, pues un tal amor aseméjase a Dios(Dostoievsky)
12 de junio, domingo XI del TO
Lc 7, 36-8, 3
Por eso te digo que sus muchos pecados están perdonados, porque tiene mucho amor
Dieric Bouts, (1415-1475) fue un artista holandés que pintó La Caída de los malditos. Tema religioso muy habitual en la Europa del medievo que la Iglesia acostumbraba utilizar para  atemorizar al pueblo ignorante. Algo similar hizo el Bosco (1450-1516) en su tríptico El Jardín de la Delicias, entre otros. Y el pincel de un Miguel Ángel dejó estampado en un fresco de la bóbeda de la Capilla Sixtina, el mito ancestral del primer pecado.
Este es el tetimonio artístico del arte. Los verbales de las voces de la Iglesia condenando el pecado, han resonado -y siguen resonando todavía- en la conciencia de la Cristiandad entera. Una granizada que, sin piedad alguna, arruina toda esperanza de cosechaY esto, en verdad, es antievangelio. 
Ya en el AT las prostitutas fueron tratadas con particular benevolencia: “Y será la ciudad de Jericó anatema a Jehová, con todas las cosas que están en ella; solamente Rahab la ramera vivirá, con todos los que están con ella” (Jos 6, 17). Jesús, simpre solícito con las ovejas descarriadas, y de quienes dijo que “habrá más fiesta en el cielo por un pecador que se arrepienta que por noventa y nueve justos que no necesiten hacerlo”les mostró siempre particular afecto.
El relato de Lucas nos recrea la escena de la mujer pecadora pública en casa del fariseo Simón el Leproso mientras estaban sentados a la mesa: un frasco de perfume de mirra, baño de pies en lágrimas, cabellos que los secan, y besos. Jesús le dijo: “Tus muchos pecados te son perdonados, porque has amado mucho”. Y el Papa Francisco, intérprete fiel del Evangelio, en una audiencia pública del 14 de abril celebrada en la plaza de San Pedro, saludó y dio un “caluroso abrazo” a un grupo de 50 exprostitutas y transexuales.
El poeta medieval español (1283-1350), Arciptreste de Hita y buen conocedor de amores y evangelio, escribió en su obra El Libro del Buen Amor, esta sugerente frase: “Enpero, poque es umanal cosa el pecar, si algunos, lo que non los consejo, quisieren usar un loco amor, aquí fallarán algunas maneras para ello”. En la novela El ingenioso Don Quijote de la Mancha (II, 27), don Miguel de Cervantes expone los discursos del Caballero de la Triste Figura sobre el perdón. Y el ruso Fiodor Dostoievsky (1821-1881) escribió en una de sus novelas: “Hermanos, no temáis al pecado de los hombres; amad al hombre aún en su pecado, pues un tal amor aseméjase a Dios”.
En la película sueca (2004) del director Kay Pollak, en la que una de las protagonistas también es prostituta. La mujer del pastor protestante, Ingela Olsson, harta ya de sus sermones, y después de un descoquetado baile en la parroquia con las mujeres del coro, le grita a su marido: No hay pecado. Todas estas malditas ideas sólo están en tu cabeza. Claro que no hay pecado. El pecado lo inventó la Iglesia. Con la mano izquierda reparten culpabilidad, y con la derecha ofrecen la salvación. Todo son mentiras y falacias. Nos engañan para mantener el poder. La Iglesia ha hecho de la sexualidad un pecado, pero Dios no. Tienes tus necesidades y no haces con ella daño a nadie”.

GINKGO BILOBA
Último testigo de los tiempos,de la verde Tierra y de la Vida.La vida te respeta,te respeta la muerte.
Fósil viviente que naciste el primero;que conservas la primogenituraen el Registro de la Historia.Representación viva del Cosmos,en Hiroshima fuiste Primavera,y hoy eres portador de Esperanzay embajador de Paz ante los pueblos.
Tú serás quien rece ante mi tumbael último responsopor el alma de un mundoque falleció conmigo ignoro cuándo.
Mis conciudadanos y los tuyos-el mono, el roble, la esmeralda-nos piden hoy silencio y oraciones.
Y tú también Ginkgo biloba, nos implorascon tus alegres hojas de abanicoconvertidas en manos suplicantes,que enterremos los odios y las guerras.
(NATURALIA. Los sueños de las criaturas. Ediciones Feadulta)

Vicente Martínez
Fe Adulta


File:El jardín de las Delicias, de El Bosco.jpg

En el tríptico abierto se incluyen tres escenas. La tabla izquierda está dedicada al Paraíso, con la creación de Eva y la Fuente de la Vida, mientras la derecha muestra el Infierno. La tabla central da nombre al conjunto, al representarse en un jardín las delicias o placeres de la vida. Entre Paraíso e Infierno, estas delicias no son sino alusiones al Pecado, que muestran a la humanidad entregada a los diversos placeres mundanos. Son evidentes las representaciones de la Lujuria, de fuerte carga erótica, junto a otras de significado más enigmático. A través de la fugaz belleza de las flores o de la dulzura de las frutas, se transmite un mensaje de fragilidad, del carácter efímero de la felicidad y del goce del placer. Así parecen corroborarlo ciertos grupos, como la pareja encerrada en un globo de cristal en el lado izquierdo, en probable alusión al refrán flamenco: “La felicidad es como el vidrio, se rompe pronto”. El tríptico cerrado representa en grisalla el tercer día de la creación del Mundo, con Dios Padre como Creador, según sendas inscripciones en cada tabla: “Él mismo lo dijo y todo fue hecho” y “Él mismo lo ordenó y todo fue creado” Génesis (1:9-13). Obra de carácter moralizante, es una de las creaciones más enigmáticas, complejas y bellas de El Bosco, realizada en la última etapa de su vida. Adquirida en la almoneda del prior don Fernando, hijo natural del gran duque de Alba, Felipe II la llevó a El Escorial en 1593.

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