Hay días en los que, con claridad y emoción,
reconocemos y confesamos
quién eres... ¡y acertamos!
Pero en el día a día
se nos nubla el horizonte,
surgen los traspiés y vaivenes,
se desmoronan las ilusiones
y se nos hace costoso seguirte.
Y cuando nos susurras una y mil veces
que para caminar contigo
hay que negarse a sí mismo,
nos atascamos,
porque nos hicieron creer
que eso conlleva mortificarse,
castigarse,
anularse,
destruirse,
en vez de olvidarse y liberarse
del propio ego que nos oprime
para encontrar nuestra verdadera identidad
contigo.
Y cuando nos repites,
en el camino y en el descanso,
que hay que cargar con la cruz,
nos revolvemos y miramos a otra parte,
porque estamos hartos
de los sufrimientos, adversidades y fracasos
que nos inflige la naturaleza,
la vida, los hermanos y nosotros mismos...
de tal forma que cuando llegan las cruces
que surgen por seguirte
estamos ya desorientados y sin ánimo.
¡Recréanos mientras vamos contigo
y ponnos en el camino
para sentir tu aliento y no perdernos!
Florentino Ulibarri
Fe Adulta
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