Sunday, January 18, 2015

La realidad supera las ideas" por Ráquel sánchez, Manila


Ver lo que el Papa Francisco ve


Iglesia filipina formada en su mayor parte por el pueblo sencillo, pobre y humilde



(Raquel Sánchez, Manila).- Llegó por fin eldomingo, el gran día tan esperado, salimos de casa sobre la una de la mañana y a un kilometro más o menos de la universidad, el coche no pudo seguir porque la policía había cortado la calle, así que continuamos caminando. No éramos los únicos a esa hora de la noche, y otros grupos de gente se dirigirían también al mismo lugar.
Cuando llegamos a las puertas de la universidad éstas estaban todavía cerradas por lo que tuvimos que esperar, pero fue bueno que llegásemos temprano porque la gente iba llegando, y la calle se iba llenando hasta formar una multitud.
Aunque nosotros estábamos en la puerta que había sido designada para los voluntarios, otra gente estaba también ahí esperando, algunos desde hacía varias horas. A las 3 pudimos entrar y nos colocamos en nuestros respectivos lugares. Desayunamos y rezamos juntos laudes.
A las 4 abrieron las puertas para el público en general, y la gente fue entrando. La imagen que me vino a la cabeza fue la de un grifo que se abre y el agua va llenando la bañera o la pica de la cocina, poco a poco, pero sin interrupción, constantemente... A las 5 tuvimos la Eucaristía.
Cuando amaneció, a las 6 de la mañana, la calle del campus donde estábamos nosotros fue cerrada ya que daba a la puerta donde iba a entrar el Santo Padre. La emoción iba creciendo. Mientras antes algunos de nosotros habíamos estado sentados en el suelo dormitando, ahora estábamos todos de pie, bien atentos.
A la hora puntual llego el Santo Padre, quien tras ser recibido por las autoridades de la Universidad, se dirigió al arco de las centurias, monumento que en parte conserva las piedras de la entrada original de la universidad del siglo XVII, para firmar en el libro de huéspedes distinguidos.
De allí pasó a saludar a algunos líderes religiosos de toda Filipinas, entre los que se hallaban un escolar musulmán, un budista, un dignitario de la Iglesia Anglicana, y un dignitario de la Iglesia Ortodoxa. Una vez intercambiados unas pocas palabras con ellos se subió al papamovil y dio una vueltas por el campus, saludando a la gente que le respondía con gritos y ovaciones."Papa Francisco, bienvenido" le gritaban en español.
Una vez en la tribuna deportiva dio lugar al acto en sí, en el que, después de la lectura del Evangelio, varios estudiantes y antiguos alumnos dieron un testimonio sobre la realidad del mundo de los jóvenes, sobre sus preocupaciones y sus sueños. El Papa se conmovió visiblemente por algunos de estos testimonios, y de hecho, en su reflexión y mensaje posterior, se apartó en muchas ocasiones del texto escrito y de manera espontanea, quiso dirigirse a esos jóvenes concretos que habían estado delante de él, para contestar a sus preguntas y animarlos en el camino de su fe porque como él mismo dijo, la realidad supera a las ideas.
El acto terminó con una oración de intercesión en diferentes dialectos locales, el rezo del ángelus y la bendición del Santo Padre. La lluvia que había hecho su aparición una hora antes, no deslució el evento. Los que habían acudido a la Universidad de Santo Tomas igual manifestaron su espíritu de fiesta y celebración, su alegría y gozo de poder encontrarse de cerca con el Papa Francisco. Al final de todo, los maestros de ceremonia se despidieron de la gente con un ¡nos vemos en Luneta!
Una de las cosas que nos dijeron en la orientación a los voluntarios me ha hecho reflexionar bastante estos días tan memorables de la visita del Santo Padre a Filipinas que está a punto de concluir: no debemos esforzarnos solamente por ver al Papa Francisco, sino que debemos también ver lo que el Papa Francisco ve. Y yo me pregunto ¿Qué es lo que el vicario de Cristo, el sucesor de apóstol Pedro ha visto en Filipinas en esta visita apostólica?
Y la respuesta es: la Iglesia. La Iglesia de Filipinas, cuerpo de Cristo, formada en su mayor parte por el pueblo sencillo, pobre y humilde. Y el Papa Francisco ha querido encontrase con esta Iglesia, ha querido acercarse a esta Iglesia, ha querido dar una palabra de consuelo y esperanza a esta Iglesia de rostros concretos de los pobres, de los enfermos, de los niños de la calle, de las víctimas de las calamidades naturales, de los jóvenes, de las familias, de la gente ordinaria, de las multitudes que se agolpaban a su paso....
Ha querido llevar a esta Iglesia el amor y la compasión de Dios, para que así, se haga ella misma agente y multiplicadora de ese amor y compasión para todo el mundo, como sacramento de salvación para todos.
RD

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