Monday, June 27, 2011

Las mujeres italianas que han dicho “basta”


Manifestación el 13 de febrero en la Plaza del Pueblo (Piazza del Popolo) en Roma (Leda Catarci)


Conversamos con mujeres italianas que han dicho basta al machismo normalizado desde el gobierno Berlusconi, pero también consentido durante años por gran parte de la sociedad italiana y promovido por los medios, especialmente por la televisión.


La defensa de la dignidad es donde se concentra la batalla de la donna italiana. En los medios son constantemente relegadas a un rol sin voz, a un adorno de un contexto machista y degradante. En un comunicado escrito por el Comité “Si no es ahora, ¿cuándo?”, uno de los organizadores de la manifestación, se lee “El modelo de la relación entre mujeres y hombres ostentado por una de las figuras más altas del Estado, legitima comportamientos dañinos hacia la dignidad de las mujeres. Nosotros hacemos un llamado a todas ellas, sin distinción, a defender el valor de nuestra dignidad y nos dirigimos a los hombres diciéndoles: Si no es ahora, ¿cuando?”.



La exposición del cuerpo femenino en televisión, es uno de los temas que más preocupa a las organizaciones. Son las nuevas generaciones las más expuestas a estos mensajes, corriendo el riesgo de perpetuar un uso dañino de la sensualidad. “Mientras el uso del cuerpo sea una elección y no una obligación el problema no existe, pero tiene haber una libertad de por medio. Al contrario, si una chica bella e inteligente se ve obligada a vender su cuerpo para obtener un trabajo, no está bien”, puntualiza Cinzia Storari, asesora laboral.

Los escándalos de sexo, dinero y poder que han envuelto a Silvio Berlusconi, las figuras políticas acusadas de haber escalado posiciones gracias a favores sexuales y la dignidad femenina pisoteada en la televisión, son piezas de un mismo engranaje que comenzó en los años ochenta. Antes de aquella década las mujeres luchaban por la igualdad como en los países del entorno, pero el dinero fácil y la explotación de la belleza normalizó entre parte de la población el pensamiento de que “somos bonitas, podemos acostarnos con quien queramos y utilizarlo para alcanzar puestos de poder. Y este modo de pensar lo utilizaron también los hombres”, dice Storari.

Para explicar como se llegó a construir un sistema en el que el abuso de poder, el machismo y la venta del cuerpo femenino parecen ser la regla, la palabra la tiene Leda Catarci, ciudadana italiana de 43 años: “Hemos llegado a esto porque nuestro Primer Ministro es un maestro de la imagen. Él ha creado una cultura, la cultura del berlusconismo, que ya se ha transformado en un estado mental. La cultura de esta derecha ha hecho de la diferencia un elemento de discriminación y de la desigualdad un sistema”.



Otro de los problemas que aquejan a las mujeres en Italia es la disparidad y la discriminación en el trabajo. El 47% de las italianas posee un empleo a diferencia del 70% de los hombres y la desigualdad entre los salarios oscila alrededor de un 30%. Sin embargo, ni el actual gobierno, ni los anteriores, han implementado políticas sociales de igualdad. “En el mundo laboral italiano existe el llamado techo de cristal, que en nuestro caso, para muchas mujeres, es un verdadero techo de cemento que les impide el acceso a determinados sectores, como el bancario, universitario e industria. Digamos que hay muchos privilegios masculinos que hacen resistencia”, nos cuenta Francesca Koch, Vicepresidente de la Casa Internacional de las Mujeres, con sede en Roma.

“Las mujeres tienen que cumplir ciertos requisitos –agrega Cinzia Storari–, tener los cojones como los hombres y al mismo tiempo ser diplomáticas. Pero a los puestos de más alto nivel no se puede acceder porque nosotras tenemos hijos y esto desafortunadamente sigue limitandola carrera de una mujer. Nosotras tenemos que elegir entre la oficina y la familia. En Italia las opciones son escasas. De los niños se puede ocupar la abuela o si tienes dinero los pones en la guardería privada porque estructuras públicas hay muy pocas”.

A pesar de las dificultades, en Italia, un país en donde el 51% de la población son mujeres, tras unos años de desactivación del movimiento feminista, las cosas lentamente han comenzado a cambiar. Prueba de ello son las numerosas actividades que los comités están organizando: Presentaciones de libros, conferencias, seminarios y marchas colman la agenda en diferentes ciudades. Francesca Koch asegura que “lo más importante en este proceso es un cambio de mentalidad. Debe comenzar justamente desde las mujeres porque han sido ellas mismas las que se han acomodado a los modelos machistas sólo para sobrevivir”.



La manifestación de las Mujeres fue el reflejo del cambio que se esta produciendo. Sin bien aún no esta claro el recorrido de este movimiento, es importante notar que gran parte de la población, sobretodo los más jóvenes, están recuperando la conciencia del feminismo. Dicho proceso no involucra solamente a las mujeres sino también a los hombres. En un artículo publicado recientemente en el periódico italiano Repubblica, el Presidente de la Asociación y Red Nacional Masculino Plural, habla acerca del papel que deberán asumir los hombres de ahora en adelante. “La manifestación de febrero ha puesto al centro un interrogativo y un punto de vista que incluye a los hombres. Los hombres tenemos que expresar el deseo de cambiar y construir las palabras para ello, para construir un proceso colectivo que sea socialmente visible”.
En las palabras de nuestras entrevistadas la mujer se encuentra atrapada en una cultura que sublima la fuerza del macho y la sumisión de la mujer: “En este país tenemos muchos estereotipos que encierran a la mujer dentro de las paredes de la casa y que ven al hombre al externo. Por eso, en nuestro imaginario los roles femeninos son de un cierto tipo y los masculinos están ligados al trabajo, a los estudios, a los viajes. Este gobierno no ayuda a las mujeres, al contrario, ha reforzado los viejos esquemas que ponen a la mujer como un objeto sexual, siempre condescendiente y sin voluntad. De todas formas –puntualiza Koch– lo importante es reconocer que el gobierno es sólo una parte del problema. El problema real es la cultura. Es cierto que el actual gabinete ha hecho cosas dañinas para la dignidad y el rol de la mujer, pero al mismo tiempo existe una parte amplia de la sociedad que comparte este uso del cuerpo femenino y el consecuente abuso de poder”.

“Ser mujer no será un obstáculo. Si logró que la gente vea el valor de lo que hago, no encontraré dificultades. En mi campo de estudios cuenta la inteligencia, lo que haces y lo que demuestras”, explica Giulia, estudiante de Matemáticas.



Violetta Chiarini, actriz italiana, reconoce la importancia de la lucha femenina en la plaza pero agrega que más allá de los eslóganes y carteles, lo importante es comenzar la revolución dentro de la vida privada. “La nueva lucha ya no tiene lugar en la plaza, porque la plaza es un símbolo masculino. Las mujeres tienen que transformarse para producir un cambio en este país. Los símbolos que transmite la televisión y el gobierno que nos representa no son más que la expresión de nuestra cultura. Todo depende de nosotras. Solo nosotras podemos cambiar el mundo. Sin desorden, sin gritos, sin la plaza. El verdadero cambio comienza en nuestras casas”.

periodismohumano

2 comments:

sonia tolfo said...

Vivimos aquí en Brasil una situación similar, aunque tenemos una presidente electa, nosotras mujeres en muchos aspectos, todavía estamos discriminados y considerados como objetos de deseo de los hombres. Estoy de acuerdo con la sentencia que ponga fin al mensaje: el cambio debe comenzar en casa, en forma individual o en valor, o no hay cambio en este estado de cosas.

Roberto said...

Un buen desafío tenemos. Depende de todos nosotros producir y contribuir activamente al cambio cultural tan necesario.
Buena semana