Tuesday, November 19, 2013

Hoy en Santa Marta: Francisco: "Si un pueblo no respeta a los ancianos pierde su memoria y carece de futuro". Video, audio y extracto homilía


La Santa Sede "rechaza firmemente cualquier forma de eutanasia"


"Es feo decirlo, pero se descartan porque molestan"


Francisco advirtió que si un pueblo no respeta a los ancianos pierde su memoria y, por lo tanto, carece de futuro. En el sermón de su misa matutina, celebrada en la capilla de la residencia vaticana de Santa Marta, el pontífice lamentó que actualmente se viva en un tiempo en el cual los adultos mayores no cuentan.
"Es feo decirlo, pero se descartan porque molestan. Los ancianos son aquellos que nos traen la historia, la doctrina, nos traen la fe y nos la dan en herencia", afirmó.
Francisco contó una historia sobre una familia con un abuelo que, cuando comía la sopa, se ensuciaba la cara. Entonces el padre indicó a sus hijos este comportamiento, compró una mesita y lo hizo comer aparte. Cuando después llegó a casa del trabajo, vio que uno de los hijos estaba jugando con la madera y le preguntó qué estaba haciendo.
"Esta historia me hizo mucho bien, por toda la vida. Los ancianos son un tesoro. De verdad la vejez muchas veces es un poco fea, por las enfermedades que conlleva. Pero la sabiduría que tienen nuestros ancianos es la herencia que nosotros debemos recibir", sostuvo.
"Un pueblo que no custodia a los ancianos, un pueblo que no los respeta, no tiene memoria, perdió la memoria. Los ancianos son el tesoro de nuestra sociedad", apuntó.
RD

Francisco: Los abuelos son héroes, transmiten la fe incluso en tiempo de persecución

19 de noviembre, 2013. (Romereports.com) El Papa Francisco repitió en su homilía en Casa Santa Marta un mensaje constante de su pontificado: la sociedad que descuida a sus ancianos carece de memoria y de futuro.    
PAPA FRANCISCO
“Recemos por nuestros abuelos, nuestras abuelas, que tantas veces han tenido un papel heroico en la transmisión de la fe en tiempos de persecución. Cuando papá y mamá no estaban en casa o tenían ideas extrañas, que les enseñaba la política de aquel tiempo, fueron las abuelas quienes transmitieron la fe”.

Francisco también recordó que de los 10 mandamientos, solo el que ordena cuidar a los padres promete prosperidad a cambio.


EXTRACTO DE LA HOMILÍA DEL PAPA 
Fuente: Radio Vaticana 

“La coherencia de este hombre, la coherencia de su fe, pero también la responsabilidad de dejar una herencia noble, una herencia verdadera. Nosotros vivimos en un tiempo en el que los ancianos no cuentan. Es feo decirlo, pero se descartan, ¡eh! Porque dan fastidio. Los ancianos son los que nos traen la historia, nos traen la doctrina, nos traen la fe y nos la dan en herencia. Son los que, como el buen vino envejecen, tienen esta fuerza dentro para darnos una herencia noble”. 

“Esta historia me ha hecho tanto bien, toda la vida. Los abuelos son un tesoro. La Carta a los hebreos... nos dice: ‘Acuérdense de sus mayores, que les han predicado, aquellos que les han predicado la Palabra de Dios. Y considerando su fin, imiten su fe’. La memoria de nuestros antepasados nos lleva a la imitación de la fe. Verdaderamente la vejez tantas veces es un poco fea, ¡eh! Por las enfermedades que trae y todo esto, pero la sabiduría que tienen nuestros abuelos es la herencia que nosotros debemos recibir. Un pueblo que no custodia a los abuelos, un pueblo que no respeta a los abuelos, no tiene futuro, porque no tiene memoria, ha perdido la memoria”. 

“Oremos por nuestros abuelos, nuestras abuelas, que tantas veces han tenido un papel heroico en la transmisión de la fe en tiempo de persecución. Cuando papá y mamá no estaban en casa y también cuando tenían ideas extrañas, que la política de aquel tiempo enseñaba, han sido las abuelas las que han transmitido la fe. Cuarto mandamiento: es el único que promete algo a cambio. Es el mandamiento de la piedad. Ser piadoso con nuestros antepasados. Pidamos hoy la gracia a los viejos Santos - Simeón, Ana, Policarpo y Eleazar - a tantos viejos Santos: pidamos la gracia de custodiar, escuchar y venerar a nuestros antepasados, a nuestros abuelos”.

Que Dios nos enseñe a respetar a los abuelos, en su memoria está el fruto de un pueblo, afirma el Papa

Escuchar audio, aquí
Un pueblo que “no respeta a los abuelos” carece de memoria y por lo tanto de futuro. Fue la enseñanza que ofreció esta mañana el Papa Francisco en su homilía de la Misa celebrada en la Capilla de la Casa de Santa Marta. El Obispo de Roma comentó la vicisitud bíblica del anciano Eleazar, que eligió el martirio para ser coherente con su fe en Dios y para dar testimonio de rectitud a los jóvenes.

Elegir la muerte, en lugar de salvarse, con la ayuda de amigos complacientes, con tal de no traicionar a Dios y también para no mostrar a los jóvenes que, en el fondo, la hipocresía puede volverse útil, aunque se trate de renegar la propia fe. Todo esto se encuentra en la vicisitud del noble Eleazar, figura bíblica del Libro de los Macabeos propuesta en la liturgia del día, que a los verdugos que querían obligarlo a la abjura prefiere el martirio, el sacrificio de su vida antes que una salvación arrancada con la hipocresía. “Este hombre – observó el Papa – ante la elección entre la apostasía y la fidelidad no duda”, rechazando “esa actitud de fingir, de fingir piedad, de fingir religiosidad…”. Es más, en lugar de pensar en sí mismo “piensa en los jóvenes”, en lo que su acto de coraje podrá dejarles como recuerdo:

“La coherencia de este hombre, la coherencia de su fe, pero también la responsabilidad de dejar una herencia noble, una herencia verdadera. Nosotros vivimos en un tiempo en el que los ancianos no cuentan. Es feo decirlo, pero se descartan, ¡eh! Porque dan fastidio. Los ancianos son los que nos traen la historia, nos traen la doctrina, nos traen la fe y nos la dan en herencia. Son los que, como el buen vino envejecen, tienen esta fuerza dentro para darnos una herencia noble”.
Francisco también recordó una historia que escuchó cuando era chico. Protagonista es una familia – “papá, mamá, tantos niños” – y el abuelo, que cuando tomaba la sopa “se ensuciaba la cara”. Fastidiado, el papá explica a los hijos porqué el abuelo se comporta así. Por eso compra una mesita donde aislar a su padre. Ese mismo papá, un día regresa a su casa y ve a uno de sus hijos que juega con la madera. “¿Qué haces?”, le pregunta. “Una mesita”, responde el niño. “¿Y para qué?”. “Para ti, papá, para cuando tú te vuelvas viejo como el abuelo”:

“Esta historia me ha hecho tanto bien, toda la vida. Los abuelos son un tesoro. La Carta a los hebreos... nos dice: ‘Acuérdense de sus mayores, que les han predicado, aquellos que les han predicado la Palabra de Dios. Y considerando su fin, imiten su fe’. La memoria de nuestros antepasados nos lleva a la imitación de la fe. Verdaderamente la vejez tantas veces es un poco fea, ¡eh! Por las enfermedades que trae y todo esto, pero la sabiduría que tienen nuestros abuelos es la herencia que nosotros debemos recibir. Un pueblo que no custodia a los abuelos, un pueblo que no respeta a los abuelos, no tiene futuro, porque no tiene memoria, ha perdido la memoria”.
“Nos hará bien – comentó el Papa Francisco hacia el final de su homilía – pensar en tantos ancianos y ancianas, tantos que están en casas para ancianos, y también en tantos – es fea la palabra, pero digámosla – abandonados por sus familiares. Son el tesoro de nuestra sociedad”:

“Oremos por nuestros abuelos, nuestras abuelas, que tantas veces han tenido un papel heroico en la transmisión de la fe en tiempo de persecución. Cuando papá y mamá no estaban en casa y también cuando tenían ideas extrañas, que la política de aquel tiempo enseñaba, han sido las abuelas las que han transmitido la fe. Cuarto mandamiento: es el único que promete algo a cambio. Es el mandamiento de la piedad. Ser piadoso con nuestros antepasados. Pidamos hoy la gracia a los viejos Santos - Simeón, Ana, Policarpo y Eleazar - a tantos viejos Santos: pidamos la gracia de custodiar, escuchar y venerar a nuestros antepasados, a nuestros abuelos”.

(María Fernanda Bernasconi – RV)

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