Perdonar
Incluso cuando comprendemos que el perdón es esencial para nuestra salud y felicidad, el acto de perdonar sigue siendo un desafío. Mi amiga Raquel lo admite: aunque haya recibido y aceptado una disculpa, ella a menudo continúa recordando el daño y los sentimientos negativos.
“Para mí es muy difícil perdonar, y no me siento feliz y orgullosa por eso,” dice Raquel. “Creo totalmente que el perdón es la mejor solución. Pero aparentemente mi cabeza sabe cosas que mi corazón no puede aceptar.”
Raquel comprende que el perdón es un acto espiritual: “Se supone que nos perdonemos “setenta veces siete”, y que eso es sólo es comienzo de cómo Jesús nos perdona. Necesitamos ofrecer a los demás ese acto de perdonar que nos limpia el alma”.
¿Saben ustedes cómo las tareas difíciles parecen fáciles, cuando personas profesionales las ejecutan? Piensen en bailarines olímpicos sobre hielo, deslizándo, girando y saltando con una gracias y alegría increíbles. Pero lo que nunca vemos son las veces que ellos se han caído en sus prácticas.
Como tantas otras prácticas espirituales, tenemos que trabajar nuestra capacidad de perdonar, para llegar a ser mejores en ello.
Jennifer Grant
Espacio Sagrado
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