Sunday, May 03, 2009

La homilía de Betania:ME AMÓ Y SE ENTREGÓ POR MÍ…

Por José Maria Maruri, SJ

1.- Jesús sentado en alguna colina, rodeado de niños y de gente sencilla y buena, que escuchan, embobados, las palabras del Señor. Y la misma naturaleza reflejando al Hijo de Dios según aquellos versos de San Juan de la Cruz:


Mil gracias derramando
pasó por estos sotos con presura
y yéndolos mirando
con sola su figura
vestidos los dejó de su hermosura


Tal vez hemos idealizado demasiado la vida de Jesús. En realidad, en cuanto pisó los caminos y sendas de su tierra se levantó tras Él la sombra de una muerte violenta que no le dejaría hasta llegar al Calvario. Y el Señor fue consciente de ello:


a).- Sus vecinos de Nazaret son los primeros que lo arrastran a la cima de colina donde la aldea se acurruca para despeñarlo por un barranco.


Jesús venía a revolucionar el mundo, no con armas, sino con ideas tan antiguas como el primer plan de Dios, que todos somos hermanos y que por tanto no puede haber pobres, marginados, despreciados, que es el cariño y el amor el verdadero poder, no la fuerza bruta, el dinero, la fama, ideas que chocaron contra la sociedad de Jesús y que chocan contra la nuestra.


El Señor no necesitó reclutar una hueste secreta escondida en montes y cuevas del Mar Muerto, como, sin duda, hizo Barrabás, ni espió, amparando en las sombras de las noches de Jerusalén, llevando al cinto puñal o espada, como tal vez hizo Pedro. O los Hijos del Trueno: Santiago y Juan.


Jesús siempre hablé en público y en realidad cuando se encontraba más seguro era rodeado de esa multitud que le escuchaba con atención. Y sólo cuando esa muchedumbre se retiraba a sus casas, Jesús tenía que buscar refugio seguro en sitio seguro y secreto, como fue el Huerto de los Olivos, sólo conocido por los suyos y por Judas, el traidor.


b).- La misma espada de Herodes que decapitó al primo hermano de Jesús, Jesús el Bautista, obligó a Jesús a retirarse a lugares desiertos, porque aún no había llegado su hora.


c).- Huido y escondido se encontraba al enfermar su amigo Lázaro y por su amistad con los tres hermanos de Betania sube a Jerusalén donde ya le habían querido apedrear, que hablando con como hoy, que traducido en lenguaje de hoy diríamos que habían querido pegarle un tiro. Y resucitar a su amigo es el detonante para que los Sumos Sacerdotes firmen el acuerdo de matarlos a los dos, a Jesús y Lázaro su amigo.


d).- Ha llegado su hora. Ya Jesús no huye. A Herodes le llama públicamente zorro. Entra triunfante en Jerusalén. Echa del templo a los vendedores. Fustiga a los poderosos fariseos con aquello de “Ay de vosotros fariseos hipócritas”. La guerra está declarada.



2.- Pero Jesús no muere atrapado en el odio de sus enemigos. Es el mismo el que libremente entrega su vida. Y por esa generosidad le ama el Padre.


El Señor, que sabe que el odio crea odio y el amor crea amor, sabe también que el hombre para recobrar la verdadera de Dios necesitaba una gran prueba de amor por parte de ese Dios Padre, ante todo Padre, que tiene por profesión ser Padre. Y es por eso Él, Hijo de Dios, Dios como el Padre, va a dar la mayor muestra de amor que entre los hombres se pueda dar. Dar la vida por un amigo


Ha llegado la hora de lanzarse a la busca de la oveja perdida entre espinos y breñas, para salvar a la oveja perdiendo Él la vida.

--Me amó y se entregó por mí… Explica la vida de Pablo, de Francisco Javier, del poverello de Asís, de San Juan de la Cruz


--Me amó y se entregó por mi… ¿Tienen alguna resonancia en mi corazón?

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