Tuesday, February 26, 2013

CUARESMA: 40 DÍAS CON LOS ÚLTIMOS


MALÍ
Población: 16.146.000 h.
IDH: 0,359

2ª semana: Nuestra forma de utilizar los recursos


Primera parada: Baile de Cenicienta

Los agentes de seguridad se multiplicaban dando órdenes para hacer fluir el tráfico en los paseos de coches, donde se agolpaban lujosas limusinas. De ellas descendían las doncellas más hermosas, ataviadas con vestidos de delicadísima confección, que recorrían la alfombra roja con leves pasos de poderoso encanto. En el salón, las hermanastras bailaban con el príncipe un vals tras otro. Los canapés de caviar, el jamón de Jabugo y el ponche se iban agotando. La fiesta discurría tediosa y aburrida.
De pronto, en la entrada de carruajes se detuvo una furgoneta de vistosos colores. Se bajó una simpática trabajadora del hogar con un glamouroso vestido de segunda mano y unas deportivas con destellos de cristal. La acompañaban un estudiante de Teleco, una administrativa del Ayuntamiento, una profesora de Matemáticas y un enfermero maliense que se encontraba en el país haciendo un postgrado.
El ujier les cerró el paso. Cenicienta sacó la invitación. “Vienen conmigo” –dijo señalando a sus amigos. Luego le explicó: “Mi hada Madrina es partidaria de compartir carrozas para los desplazamientos”
La fiesta se animó con danzas del mundo y algunos juegos cooperativos que todos los invitados, incluidas las hermanastras, agradecieron.
El príncipe se acercó a la extraña invitada y los dos charlaron largamente. Estaban bailando un vals cuando dieron las doce. “Lo siento, alteza, tengo que marcharme. El enfermero de Malí con quien comparto transporte tiene guardia esta noche”.
Al día siguiente, el príncipe apoyaba la bici en la puerta de la casa de Cenicienta. Sacó un objeto del cestillo. Verán, –explicó– anoche alguien perdió esto en las escaleras de palacio… ¿Saben? Estamos reestructurando el gobierno y necesito un buen ministro de transportes con soluciones inteligentes… ¿podría alguien probarse esta deportiva de cristal?
Ana García-Castellano
Ilustración de Paz Rodero

Más coches, más problemas
El transporte es en España el sector que más gases de efecto invernadero emite (y donde más rápido crecen), por encima del 25% del total. El 45 % de estas emisiones corresponden a coches y furgonetas.
En el mundo hay unos 90 vehículos de motor por cada 1.000 habitantes. Estados Unidos figura en primer lugar con 765. España ocupa el vigésimo puesto con 471. Países como Malí cuentan con 1 vehículo de motor por cada 1.000 habitantes.
Es evidente que no todos los habitantes del mundo pueden tener el mismo número de coches que en los países ricos. Ni hay materias primas suficientes para fabricarlos, ni petróleo para alimentarlos, ni capacidad biológica para asumir tantos residuos. Los coches eléctricos no son una solución, mientras la generación de electricidad provenga de fuentes no renovables.
El calentamiento global de la Tierra afecta a prácticamente todas las áreas de la vida humana: agricultura, desastres ambientales, salud, migraciones climáticas… Todo esto lo sufren, sobre todo, los más pobres.


¿Qué podemos hacer (o dejar de hacer)?
Informarnos, debatir, conocer lo que hacen otros…
• Calcular cuánto dinero me gasto en el coche y cuánto gastaría usando otros transportes (incluido el alquiler de un coche en momentos puntuales).
• Compartir coche siempre que pueda, tanto en la ciudad como en viajes.
• Usar el coche siempre como última opción.
Y todo esto con realismo, sin culpabilizarnos, conscientes de que con nuestra forma de transportarnos estamos cambiando el mundo.


Fijémonos los unos en los otros para estímulo de la caridad y las buenas obras.(Hb 10,24).

Gracias, Señor, por las personas que nos enseñan a compartir coche, a viajar menos y de otra manera, a preferir el transporte público. ¡Gracias por su ejemplo y estímulo!


Para profundizar:

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