Oración de un ermitaño irlandés.
Me avergüenzo de mis pensamientos; cómo me llevan a extraviarme!
Temo un gran peligro para mí en el día del Juicio Final.
Durante los Salmos, ellos caminan por una senda equivocada: corren, distraen, se comportan mal frente al Señor.
Cruzan a través de asambleas impacientes, a través de la compañía de mujeres lascivas, a través de bosques y ciudades - son más rápidos que el viento.
En instantes siguen vías amorosas, y en luego siguen caminos vergonzosos - no es mentira!
Oh amado, verdaderamente casto Jesucristo, para quien todo ojo es transparente, que la Gracia de tu Espíritu acuda para contenerlos.
Dirige este corazón mío, Oh Dios de los elementos, para que Tú seas mi amor, y que yo pueda hacer Tu Voluntad!
Que yo pueda alcanzar a Cristo junto a sus elegidos; que podamos estar juntos: ellos no son inconstantes ni volubles - ellos no son como soy yo.
(Irlandés, siglo noveno)
Espacio Sagrado
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