Hechos 22:6-10
Iba de camino, y ya estaba cerca de Damasco, cuando a eso de mediodía se produjo un relámpago y me envolvió de repente una luz muy brillante que venía del cielo. Caí al suelo y oí una voz que me decía: "Saulo, Saulo, ¿porqué me persigues?". Yo respondí: "¿Quién eres, Señor?" Y Él me dijo: Soy Jesús el Nazareno a quien tú persigues". Lo que me acompañaban vieron la luz y se asustaron pero no oyeron al que me hablaba. Entonces yo pregunté: ¿Qué debo hacer, Señor?"
Iba de camino, y ya estaba cerca de Damasco, cuando a eso de mediodía se produjo un relámpago y me envolvió de repente una luz muy brillante que venía del cielo. Caí al suelo y oí una voz que me decía: "Saulo, Saulo, ¿porqué me persigues?". Yo respondí: "¿Quién eres, Señor?" Y Él me dijo: Soy Jesús el Nazareno a quien tú persigues". Lo que me acompañaban vieron la luz y se asustaron pero no oyeron al que me hablaba. Entonces yo pregunté: ¿Qué debo hacer, Señor?"
¿Qué me estás diciendo, Señor?
Reflexiones sobre la lectura de hoy
En el camino a Damasco, Pablo escucha una voz que le dice: "Saulo, Saulo, ¿porqué me persigues?" Cuando Pablo pregunta :"¿Quién eres, Señor?", la respuesta que llega es: "yo soy Jesús, a quien tú persigues", y, asombrosamente, Pablo experimenta una conversión inmediata.
Cuando abuso o trato mal a otros, reparto falsos rumores o pelambres maliciosos, yo también estoy persiguiendo a Jesús.
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