Hoy, 26 de enero, la Iglesia con gran alegría conmemora a SAN TIMOTEO quien muriera probablemente apedreado en el año 97 en la ciudad de Éfeso, en Grecia. Originario de la ciudad de Listra, hoy Konya en Turquía, fue convertido a la fe cristiana por San Pablo, llegando a ser su "verdadero hijo en la fe" y compañero de sus viajes misioneros. El historiador Eusebio afirma que llegó a ser obispo de Éfeso. Sus restos se veneran en la catedral de Termoli, después del hallazgo de su cuerpo en el año 1945.
Hoy también la Iglesia conmemora a SAN TITO, quien muriera santamente en la ciudad de Creta en Grecia, hacia el año 96, a la edad de 94 años. Igualmente compañero y ayudante de Pablo, nació en el seno de una familia pagana y probablemente, llegó a ser Obispo de Creta. Sus restos se veneran en la Iglesia metropolitana de Heraclea (antigua Creta) en Grecia. En 1854 la fiesta de ambos santos fue unificada y se celebra hoy 26 de enero.
Radio Vaticano
Meditación
QUERIDOS SAN TIMOTEO Y SAN TITO: recordar sus vidas, es ver aquellos momentos llenos de fulgor y esperanza de los albores de la Iglesia en los cuales resonaron con gran fuerza los discursos llenos de fe y entusiasmo de San Pablo. Sus palabras no fueron estériles, sino que cayeron en buena tierra. Ustedes, como Pablo, se sintieron movidos a dar el paso adelante y convertirse en apóstoles y evangelizadores. No podemos olvidar el papel importante que en ti, Timoteo, jugaron tu madre Eurice, y tu abuela Loide. Ellas fueron colocando en ti desde muy pequeño principios religiosos, y por eso, cuando escuchaste las prédicas de Pablo, el terreno estaba ya preparado. Por eso, llegaste a ser no solo un seguidor sino un fiel amigo, que supo estar junto a él en los momentos difíciles como la primera vez que estuvo prisionero en Roma. Pablo recordará con verdadera emoción tu fidelidad, y las lágrimas que derramó cuando se despidió de ti muestran el fuerte vínculo de amistad que los unía. Cosa semejante ocurrió contigo Tito, ya que el mismo Pablo llegó a llamarte "mi hermano" lo que indica el grado de confianza que tenía en ti, como discípulo y como intermediario con la Iglesia de Corinto ya que restableciste la concordia entre esa Iglesia y el Apóstol. Fue el mismo Pablo quien te confió la evangelización de la Isla de Creta. Qué hermoso es, pues, descubrir en Uds. esa aureola de amistad y confianza que fue la base sobre la cual se construyó la Iglesia que llega hasta nuestros días.
Radio Vaticano
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QUERIDOS SAN TIMOTEO Y SAN TITO: recordar sus vidas, es ver aquellos momentos llenos de fulgor y esperanza de los albores de la Iglesia en los cuales resonaron con gran fuerza los discursos llenos de fe y entusiasmo de San Pablo. Sus palabras no fueron estériles, sino que cayeron en buena tierra. Ustedes, como Pablo, se sintieron movidos a dar el paso adelante y convertirse en apóstoles y evangelizadores. No podemos olvidar el papel importante que en ti, Timoteo, jugaron tu madre Eurice, y tu abuela Loide. Ellas fueron colocando en ti desde muy pequeño principios religiosos, y por eso, cuando escuchaste las prédicas de Pablo, el terreno estaba ya preparado. Por eso, llegaste a ser no solo un seguidor sino un fiel amigo, que supo estar junto a él en los momentos difíciles como la primera vez que estuvo prisionero en Roma. Pablo recordará con verdadera emoción tu fidelidad, y las lágrimas que derramó cuando se despidió de ti muestran el fuerte vínculo de amistad que los unía. Cosa semejante ocurrió contigo Tito, ya que el mismo Pablo llegó a llamarte "mi hermano" lo que indica el grado de confianza que tenía en ti, como discípulo y como intermediario con la Iglesia de Corinto ya que restableciste la concordia entre esa Iglesia y el Apóstol. Fue el mismo Pablo quien te confió la evangelización de la Isla de Creta. Qué hermoso es, pues, descubrir en Uds. esa aureola de amistad y confianza que fue la base sobre la cual se construyó la Iglesia que llega hasta nuestros días.
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