El único personaje que yo conozco que colecciona lágrimas es Susanita, la amiga tonta de Mafalda. Eso sí, las suyas que tan tonta no es.
Llorar ha dejado de ser un gesto íntimo y de dolor para convertirse en un activo más del marketing y la economía globalizada. Desde hace tiempo el circo catódico nos exhibe personajes que se deshacen en lágrimas por cualquier cosa; concursantes, vividores de realities, supuestas cobayas sociológicas y vagos en general, se exprimen en busca de la lágrima que logre demostrar que son “como los demás” y por tanto merecen destacar ¿?. Pero esta forma de generar empatía instantánea y sin esfuerzo es efectiva y ya la mayor democracia formal del mundo la ha incorporado a su arsenal: una lágrima de Hillary Clinton dio la vuelta a las encuestas en New Hampshire. Una lágrima por un voto, un SMS, un donación,…Mientras, las miradas de los pobres se han vuelto vacías, secas.
Klana
pastoralsj
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