Lucas 9: 57-62
Mientras iban en camino, alguien le dijo: "Maestro, te seguiré adondequiera que vayas". Jesús le contestó: "Los zorros tienen cuevas, y las aves tienen nidos, pero el Hijo del Hombre ni siquiera tiene donde recostar su cabeza." Jesús dijo a otro: "Sígueme." El contestó: "Señor, deja que me vaya y pueda primero enterrar a mi padre." Jesús le dijo: "Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos. Tú ve a anunciar el Reino de Dios." Otro le dijo: "Te seguiré Señor, pero antes déjame despedirme de mi familia." Jesús le contestó: "El que pone la mano en el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios."
Mientras iban en camino, alguien le dijo: "Maestro, te seguiré adondequiera que vayas". Jesús le contestó: "Los zorros tienen cuevas, y las aves tienen nidos, pero el Hijo del Hombre ni siquiera tiene donde recostar su cabeza." Jesús dijo a otro: "Sígueme." El contestó: "Señor, deja que me vaya y pueda primero enterrar a mi padre." Jesús le dijo: "Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos. Tú ve a anunciar el Reino de Dios." Otro le dijo: "Te seguiré Señor, pero antes déjame despedirme de mi familia." Jesús le contestó: "El que pone la mano en el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios."
¿Qué me estás diciendo, Señor?
Reflexiones sobre la lectura de hoy
Podemos mirar hacia atrás en un mes, y agradecer las gracias recibidas en nuestras oraciones y en otras ocasiones. Podemos mirar hacia adelante, como Jesús hoy nos recomienda: avanzar hacia el servicio, de todo corazón y de amor hacia Él, sabiendo que su llamado nos involucra a todos a lo largo de todas nuestras vidas.
Oración y acción, amor y amistad, justicia y reconciliación.
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