17-Septiembre-2009 Atrio
Gabriel Abellán, cura de Espinardo (Murcia), animador principal de la Comunidades cristianas de base de Murcia (un resto maravillosamente conservado de la iglesia del Concilio, cultivado por el acompañamiento de Juan Mateos, Juan Masiá, Juanjo Tamayo y otros…) y, sobre todo, entrañable amigo nos envía la reseña de un libro -novela comentario de Marcos- en el que ha colaborado y que promete ser algo importantísimo para una intelección actual del Evangelio.
Un libro que dará que hablar y que hacer
Por Gabriel Abellán Vázquez
El libro publicado recientemente por Ediciones El Almendro bajo el título Un Paso, un mundo se presenta como una novela; y lo es. No obstante, la ficción desempeña en la obra un cometido auxiliar como instrumento al servicio de su tema principal: una exégesis certera del evangelio de Marcos.
Una vez enfrascado en su lectura, uno se da cuenta de que el autor ha buscado la ayuda de personajes y situaciones imaginarias como medio para facilitar al lector el buceo por las honduras del mensaje contenido en el texto evangélico. Los actores inventados actúan representando el temor, las reservas, el repliegue o la disposición positiva ante la propuesta del Galileo. El papel principal recae en una mujer negra procedente de África. Ella explica a Marcos. Lo hace con rigor, siguiendo el texto original griego. El evangelio se percibe mejor desde la perspectiva de los insignificantes… Contemplado de sur a norte y no de norte a sur, el proyecto del Galileo recobra una nueva lógica, reclama urgencia y descubre su verdadero horizonte.
En Un paso, un mundo el texto de Marcos se revela como pedagogía de una praxis. No hay en él indicios de inspiración divina, sí de esfuerzo humano vaciado en los detalles con los que el evangelista afinó la exposición de un programa al que invita a cada paso a sus lectores. Ni por un momento pierde Marcos de vista su propósito, que coincide punto por punto con el de Jesús, el Galileo. No es otro que otro mundo, la sociedad alternativa que anhelan con harta impaciencia los ignorados, aquellos a quiénes en realidad pertenece.
El libro desmenuza a Marcos con un lenguaje sencillo y accesible. Un refrescante tono laico ayuda a que el mensaje cale. El Evangelio parece otro; se diría que fue escrito para agnósticos. A medida que avanza la lectura, los enigmas pierden fuelle, se esfuman los misterios y eclosiona la sensatez o tal vez la locura de aquel hombre de Galilea, Jesús, que no se resignó ante el problema endémico de la injusticia ni aceptó la reforma del sistema como método para solventarlo de raíz. Propuso la vía de una sociedad alternativa y la llevó a cabo en contra de todas las predicciones desfavorables. Defendió su proyecto hasta el límite. Apostó la vida por él… y la perdió. Pero perderla fue su gran éxito. Su extrema coherencia abrió los ojos de sus seguidores. El libro Un paso, un mundo lo expone con una claridad que hace pensar.
Entre rachas de humor y algún toque de erotismo, el autor, Salvador Santos, reivindica el protagonismo social e histórico de Jesús, el Galileo, así como la perenne actualidad de su mensaje. La universalidad de ambos, persona y proyecto, no obedece a que la mirada de aquel hombre extraordinario traspasara las nubes, sino a que sus pies no se separaron del suelo al que la portada del libro hace referencia.
Un paso, un mundo dará que hablar y presiento que dará mucho que hacer.
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