"Cuando tengas mucha prisa, da un rodeo", dice un proverbio chino.
Quien va apresurado a cumplir un objetivo, suele con frecuencia olvidar lo principal. Va tan sumido en sus pensamientos sobre el objetivo inmediato que no piensa en otros detalles necesarios para dar pleno sentido a lo que va a hacer.
En cambio, quien da un rodeo cuando tiene prisa, lo que hace es ganar tiempo para la reflexión sobre lo esencial en eso que se quiere hacer. Y lo hará con mayor perfección y efectividad porque se habrán abierto nuevas perspectivas en su mente.
Quizá, mientras iba de camino, se le han ocurrido ideas nuevas, soluciones nuevas en las que nunca había pensado ni tampoco habría imaginado ahora, si hubiera puesto inmediatamente manos a la obra
Anselm Grün
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