“No temas, que yo te he elegido. Te he llamado por tu nombre y eres mío. Si pasas por las aguas estoy contigo, si por los ríos, no te anegarán…” (Is 43)
Esto casi parece el título de un culebrón o de una novela romántica. Pero no lo es. Es más universal, más hondo, más real. El Adviento es el tiempo en que Dios nos promete que su amor no descansa. Por cada uno de nosotros.
Que salvará distancias infinitas. Que se hará pequeño para encontrarnos. Que vendrá a nuestras vidas. Que creerá en cada uno de nosotros, conociendo nuestra verdad profunda. Y que nos saldrá al encuentro en caminos inesperados. Y esa promesa vale un mundo.
¿Qué despierta en mí esa palabra de amor de Dios?
¿Creo de verdad que Dios me quiere, como soy?
pastoralsj
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