La casa de San Ignacio de Loyola en Roma

21 de agosto, 2012. (Romereports.com) Miles de visitantes acuden cada día a la iglesia del Gesù de Roma, donde se encuentra la tumba de San Ignacio de Loyola. Pocos saben que a su derecha, muy cerca  también se encuentra la casa donde vivió y murió el fundador de los Jesuitas.

Era la primera casa de la Compañía de Jesús, muy cerca del antiguo Palazzio Venecia donde residían entonces los papas. La crecida del Tíber en 1598 destruyó todo salvo las cuatro habitaciones de San Ignacio. Hoy la fachada es este impresionante corredor de Andrea Pozzo con escenas de algunos milagros atribuidos al santo.


DIEGO ALONSO-LASHERAS
Profesor, Pontificia Universidad Gregoriana
“Lo que se conservó son las cuatro habitaciones originales donde vivió San Ignacio los 17 años de su vida, últimos años de su vida, donde murió San Ignacio y donde vivieron los cuatro generales de la compañía que le sucedieron. En ese tiempo desarrolla una gran actividad de fundamentación de la Compañía de Jesús”.

En estas sencillas habitaciones San Ignacio escribió las Constituciones de la Compañía de Jesús y más de siete mil cartas con su firma y su sello de Superior General. Se conservan algunos de sus muebles y una copia de la “Virgen de la Escribanía” que tenía ante su escritorio. 

El visitante puede conocer hasta la estatura del santo gracias a una estatua que tiene su rostro en bronce. La casa también tiene algunos recuerdos suyos como sus zapatos, su ropa y las Reglas que compuso en 1549. 

Esta pequeña capilla sigue usándose. Conserva el suelo original y un cuadro de 500 años muy especial para San Ignacio. 

DIEGO ALONSO-LASHERAS
Profesor, Pontificia Universidad Gregoriana"En la habitación, que no era su habitación, pero que es donde murió San Ignacio, y que hoy en día se usa como capilla, tenemos un cuadro de la Sagrada Familia de la época de San Ignacio delante del cuál San Ignacio celebraba todos los días la Eucaristía”.
En esta misma habitación el fundador de los Jesuitas fue atendido hasta su muerte el 31 de julio de 1556.

A pesar de los años, su casa sigue dando sorpresas. En 1991, con motivo de los 500 años de su nacimiento, se hizo una restauración y encontraron este fresco con las siglas IHS, la abreviatura griega de Jesús que es uno de los distintivos de la Compañía de Jesús.