Texto y foto: J. C. Rodríguez Soto) La fuerza que mueve a Almudena Carracedo es la lucha por la justicia. De lo contrario, no se entendería cómo esta joven cineasta decidió un buen día abandonar su puesto de realizadora del programa Gran Hermano –“algo que no me llenaba”, según confiesa– para dar el salto a los Estados Unidos con el objetivo de meterse dentro de la vida de mujeres inmigrantes latinoamericanas que sufrían una vida de explotación trabajando en talleres de costura insalubres para empresas textiles. Tras cinco años de trabajo, apareció su largometraje Hecho en Los Ángeles (emitido hace unos días por TVE), que fue galardonado con un premio Emmy en septiembre de 2008. El diario The New York Times lo calificó como “un extraordinario documental sobre la dignidad humana”.
Una dignidad que esta directora asegura haber visto “en la lucha de las mujeres por sus derechos y en cómo esta acción les transforma como personas”. El documental desentraña los bajos fondos de la explotación que sufren en la ciudad de Los Ángeles mujeres latinoamericanas que pasan largas jornadas de doce horas al día, cobrando tres dólares por hora, por confeccionar ropa con la que después algunas grandes firmas obtendrán enormes beneficios de sus ventas. Fruto de tres años de campaña de boicoteo, al final, los tribunales dieron la razón a las trabajadoras y las empresas tuvieron que cambiar sus políticas laborales.
El miedo que sufren estas mujeres es uno de los aspectos que más la impresionó mientras vivió su historia desde dentro: “Miedo a que las despidan y a que sus familias en sus países de origen se queden sin el poco dinero que ganan. Miedo a ser deportadas y a que todos sus esfuerzos se vayan al garete”. Pero el miedo que a Almudena le ha llegado al alma es “el de la separación familiar, porque en los Estados Unidos ha habido casos en que separan incluso a un recién nacido de su madre si ésta no tiene papeles”.
“Siempre he sido muy activista”, afirma, “y este tipo de cine me da la posibilidad de unir mis valores con mi profesionalidad”. Este compromiso le ha llevado a involucrarse en la campaña “Ropa Limpia”, promovida en España por la ONG de comercio justo SETEM y que busca “que los consumidores seamos responsables a la hora de elegir los productos que consumimos”. En este sentido, la directora cree que “es importante que la gente vea el rostro humano de la explotación”.
Vida Nueva
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