8 años por abusar sexualmente de un seminarista a su cargo
Edgardo Gabriel Storni, ex ‘número tres’ de la Iglesia católica de Argentina
El ex arzobispo de la ciudad argentina de Santa Fe, Edgardo Storni, fue condenado hoy a ocho años de cárcel por el abuso sexual agravado por su condición de sacerdote de un joven seminarista en la década de los 90.
La condena fue dictada por la jueza María Amalia Mascheroni el miércoles pasado, pero recién se conoció hoy. Se estima que El ex arzobispo cumplirá su condena bajo arresto domiciliario, ya que está por cumplir 70 años, uno de los requisitos para acceder a ese beneficio.
"En este momento (Storni) tiene o está por cumplir 74 años... Por lo tanto, en el peor de los casos, Storni tendría que cumplir con el arresto domiciliario por su edad y estado de salud", explicó el abogado defensor de Storni, Eduardo Jauchen, a la radio santafesina LT10.
El abogado también informó que ya apeló la sentencia que, según estima, carece de pruebas. "No puede ser que por sospechas, rumores o versiones unilaterales se condene a una persona", argumentó Jauchen. Por lo tanto, la causa se traspasará a la Cámara de Apelaciones en lo Penal.El caso Storni acaparó la atención de los medios en el año 2000, a partir de una denuncia publicada en el libro "Nuestra Santa Madre", de la periodista Olga Wornat, donde era acusado de abusar de seminaristas y jóvenes sacerdotes. Posteriormente, la justicia desestimó varias de las denuncias, pero siguió adelante con la investigación por el abuso del ex seminarista Rubén Descalzo en 1992.
El ex seminarista Rubén Descalzo atestiguó en el juicio a Storni que éste "me hizo pasar a su departamento, donde sólo había una lámpara encendida. Hablamos mucho y me convenció para que fuera. Cuando llegamos a la puerta me abrazó. El abrazo comenzó a prolongarse y me apretó más contra su cuerpo. Colocó su cara en mi cuello y me besó...".
"Esto no es pecado, hijo, yo soy monseñor Storni, un padre para todos ustedes, los seminaristas" solía decir el monseñor para tranquilizar a sus discípulos cuando pasaba a la ‘acción'.
Cada tanto Storni llamaba a un seminarista a su dormitorio para que lo desvistiera e hiciera un ‘masaje'. Y, en tren de prédica, le soltaba: "Nuestro amor tenemos que compartirlo. Dios ve bien esta muestra de amor entre dos hombres, entre un padre y su hijo. El nos apoya desde el Cielo".
En septiembre de 2002 Storni debió renunciar a su cargo y envió una carta al Papa Juan Pablo II en la que no reconocía sus culpas en estas acusaciones.
El ex arzobispo de Santa Fe es el cuarto miembro de la Iglesia Católica argentina en ser condenado por delitos sexuales. (RD/Agencias)
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