Sunday, September 29, 2013

Ama a tus "links" como a ti mismo; la Iglesia en la era de la Red



Hoy, el "prójimo" es el que está "conectado" conmigo. La lección de Spadaro en el Festival del Derecho

PADRE ANTONIO SPADARO SJ*ROMA
Internet está cambiando nuestra forma de pensar y de vivir. Las nuevas tecnologías digitales ya no son "tools", es decir herramientas extrañas a nuestro cuerpo y a nuestra mente. La Red no es un instrumento, sino un "ambiente" en el que vivimos. Y tal vez algo más, un verdadero "tejido conectivo" de nuestra experiencia de la realidad. Benedicto XVI escribió en su Mensaje para la Jornada de las Comunicaciones sociales de 2010: "Los medios de comunicación modernos forman parte desde hace tiempo de los instrumentos ordinarios a través de los cuales las comunidades eclesiales se expresan, entrando en contacto con el propio territorio e instaurando, muy a menudo, formas de diálogo con un mayor alcance".

Y es mucho más cierto si consideramos que la Red se ha convertido en algo muy importante para el desarrollo de las relaciones entre los que pertenecen a esa que comunmente se llama "generación Y", es decir la de los jóvenes que nacieron entre los años ochenta y el dos mil. La generación Y se caracteriza por una enorme familiaridad con la comunicación, los medios y las tecnologías digitales. Es la generación de la llamada "web 2.0", en la que las relaciones entre las personas son el centro del sistema del intercambio comunicativo, por lo menos cuanto los contenidos. Las redes sociales no dan expresión a un conjunto de individuos, sino a un conjunto de relaciones entre individuos. El concepto clave ya no es el de la "presencia" en la Red, sino la "conexión"; si estamos presentes sin estar conectados, estamos "solos". Entramos a la Red para experimentar o incrementar alguna forma de "proximidad", de cercanía. Así pues, es necesario comprender bien de qué manera se ha evolucionado a causa de la Red el concepto mismo de "proximidad" -tan importante para la terminología cristiana, y tan vinculado con la cercanía espacial. Y todo esto tendrá, seguramente, consecuencias de orden político.

La posible separación entre conexión y encuentro, entre compartir y relacionarse implica el hecho de que hoy las relaciones, paradójicamente, pueden ser mantenidas sin renunciar a la propia condición de aislamiento egoísta. Sherry Turkle resumió esta condición en el título de su libro: "Alone together", es decir "juntos pero solos". Es más, los "amigos", justamente poque siempre están en línea, es decir disponibles al contacto o percibidos como presentes y disponibles a echar un vistazo a nuestras actualizaciones en las redes sociales, siempre están presentes, por lo que, justamente por esta razón, corren el peligro de desvanecerse en una proyección de nuesto imaginario. La fractura entre la proximidad se da por el hecho de que la cercanía se da debido a la mediación tecnológica gracias a la cual está "cerca" de mí, es decir próximo, quien está "conectado" conmigo.

El verdadero núcleo problemático dela cuestión es el concepto mismo de "presencia" en la época de los medios digitales y de las redes sociales que desarrollan una forma de presencia digital. ¿Qué significa la presencia entre unos y otros? ¿Qué significa estar presentes en un evento, en ua decisión? La existencia digital parece configurarse con un estatus ontológico incierto: prescinde de la presencia física, pero ofrece una forma, a veces incluso vívida, de presencia social. El concepto de participación -eclesial o política- está estrictamente relacionado con el de "presencia". Claro, la existencia digital no es un simple producto de la consciencia, una imagen de la mente, pero tampoco una "res extensa", una realidad objetiva ordinaria, sobre todo porque existe solo en el acto de la interacción. Efectivamente es necesario indagar mejor sobre el tejido de las esferas existenciales involucradas en la presencia en Red. Se abre ante nosotros un mundo "intermediario", híbrido, cuya ontología habría que estudiar mejor. A la luz de las consideraciones sobre el "estar cerca", ¿cómo es posible imaginar el futuro de la vida de una comunidad eclesial en la época de la Red? Ya desde 2001 Manuel Castells comprendía muy bien que la cuestión clave para nosotros es el pasaje de la comunidad a la "network" como forma central de la interacción organizativa. Las comunidades, por lo menos en la tradición de la investigación sociológica, se basaban una serie de valores y organizaciones sociales compartidos. Las "networks" se construyen a través de elecciones y estrategias de actores sociales, sean individuos, familias o grupos. La Iglesia en la época de la Red podría terminar siendo considerada como una estructura de apoyo, un "hub", una plaza en la que la gente podría "agruparse", crear grupos o, mejor, "racimos" ("clusters") de conexiones.

Esta visión ofrece una idea de la comunidad que hace suyas las características de una comunidad virtual percibida como "ligera", sin vínculos históricos o geográficos, fluida. ¿Cómo evaluar este modelo? Lo que es cierto es que las relaciones en la Red funcionan si las conexiones ("links") están siempre activos; cuando un nodo o una conexión se interrumpe, la información no fluye y la relación se vuelve imposible. La reticularidad de las vides en cuyas ramas corre una misma savia no parece tan distante de la imagen de Internet. La Iglesia, de hecho, es un cuerpo vivo si todas las relaciones en su interior son vitales. Ya en el Mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones de 2011, el Papa hacía notar que la Web está contribuyendo al desarrollo de "nuevas y más complejas formas de consciencia intelectual y espiritual, de consciencia compartida". La red de estos conocimientos da vida a una forma de "inteligencia conectiva". Mons. Gerhard Ludwig Müller, hoy prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, en noviembre de 2012 aceptó con lucidez el desafío, es decir la "responsabilidad de la Iglesia en la formación de una cultura humana colectiva, mediante la cual la sociedad contemporánea, con su red de conexiones internacionales -globales-, ofrece óptimos presupuestos".

Sin embargo, hay todavía pendientes muchas cuestiones. La Iglesia, de hecho, no es simplemente una red de relaciones inmanentes, ni es concebible como un proyecto enciclopédico fruto del esfuerzo de hombres de buena voluntad. La Iglesia siempre tiene un principio y un fundamento "exterior" y no se puede reducir a mero modelo sociológico. La pertenencia a la Iglesia está dada por un fundamento externo porque es Cristo quien, mediante el Espíritu, une a sí íntimamente a sus fieles. La Iglesia es un "don" y no un "producto" de la comunicación. Y esta perspectiva ayuda a comprender que la misma sociedad civil no es un "producto". La "pertenencia" (eclesial, civil…) no es producto de la comunicación. Los pasos de iniciación cristiana no pueden resolverse en una especie de de "procedimiento de acceso" ("login") a la información, tal vez vinculado a un "contrato" que permite también una rápida desconexión ("log off"). El arraigo en una comunidad no es una suerte de "instalación" ("set up") de un programa ("software") en una máquina ("hardware") que puede ser fácilmente "desinstalado".Y esta es la cuestión: la ciudad de Dios y la ciudad del hombre deben pensar en la pertenencia en la época de la Red que, por su naturaleza, se basa y se funda en los "links", es decir en las conexiones horizontales.

Papa Francisco afirmó que la ciudadanía solo puede ser plena cuando se interpreta a la luz de la experiencia de pueblo que comparte un horizonte común que trasciende el balance fluctuante y provisional de los intereses: "Es imposible imaginar un futuro para la sociedad sin un fuerte aporte de energías morales en una democracia que permanezca encerrada en la pura lógica o en el mero equilibrio de representación de intereses constituidos". Por lo que "ser ciudadanos significa ser convocados a decidir, llamados a una lucha, a esta lucha de pertenencia a una sociedad y a un pueblo". Pero esta, "mutatis mutandis", es una definición también válida para los que forman parte del "pueblo fiel de Dios en camino" que es la Iglesia.  

* Director de "La Civiltà Cattolica" 
Vatican Insider

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