17 de septiembre
Martes XXIV
Martes XXIV
Salmo 100 Para ti es mi música, Señor
Mi música, mi melodía, mi armonía, todo mi ser. Tuyo es: mi silencio, mi alboroto, mis palabras certeras, mis palabras inconsistentes y superficiales, también la alabanza a ti, que anida en mi corazón y sale por mi boca, al mismo tiempo que los decires deleitosos que me separan de ti. Tuya es mi música interior y mi música externa. Tú eres, señor, mi propia música. Gracias.
Luis Fernando Crespo SM
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