Tuesday, October 10, 2006

Carta para la Familias:

La necesidad que las familias y los matrimonios católicos den testimonio de su amor y de la gracia que significa el tenerse unos a otros, manifestaron los asistentes al relanzamiento de la Carta Pastoral “Matrimonio y Familia. Una buena noticia para la humanidad”, publicada por la Conferencia Episcopal de Chile, en un acto realizado en el Centro de Extensión de la Universidad Católica, el viernes 6 de octubre. La ceremonia fue introducida por el Vicario para la Familia del Arzobispado de Santiago, padre Marcos Burzawa, quien, como anfitrión, agradeció a los asistentes no sólo su presencia, sino, además, el esfuerzo que desarrollan diariamente por defender la vida y la familia. Los llamó a seguir siendo laicos comprometidos con la misión que les encomendó Jesucristo.

La presentación del documento la hizo el matrimonio formado por Pilar Escudero y Luis Jensen quienes, en sus exposiciones, analizaron la riqueza de la carta a partir de sus propias experiencias como pareja y familia.

“Es nuestra responsabilidad dar testimonio del matrimonio y de la familia para hacérselo llegar a nuestra cultura, a nuestros pares, a las personas con que interactuamos en el día a día. Ellos lo que van a ver es nuestra relación personal, van a ver la forma en que nosotros nos amamos, van a ver la forma en que nosotros nos comunicamos, van a ver la forma en que nosotros servimos a nuestros hijos, en que nosotros cultivamos costumbres al interior de nuestras familias. Si nos ven felices, si nos ven realizados, si nos ven como un proyecto vivo: eso los va cuestionar y a encontrarse con esta buena noticia” indicó el médico Luis Jensen. Pilar Escudero, por su parte, resaltó la importancia de formar redes de acompañamiento y apoyo para fortalecer la familia. Explicó que cuando las personas o las familias están solas es más difícil enfrentar los desafíos que le presenta el mundo actual, pero que cuando lo hacen en compañía de otros, se pueden ayudar mutuamente.

En el momento de las preguntas, fue planteado el tema de los matrimonios separados. El padre Marcos Burzawa aprovechó la ocasión para recordar que en la propia Carta a las Familias, los obispos chilenos exhortan a los sacerdotes, a los diáconos y a todos los agentes a tener una pastoral dirigida a los separados.
“La Iglesia quiere estar presente en todas las etapas y en todas las circunstancias de la vida de nuestras familias. La Iglesia va a acompañar a todos, porque todos hacemos parte de esta familia”, señaló el Vicario.

Una segunda consulta apuntó a las dificultades económicas que afectan a miles de familias chilenas y que les impiden o dificultan concretar sus proyectos de desarrollo y plenificación. El padre Burzawa reconoció que la familia enfrenta dificultades socioeconómicas e indicó que si, verdaderamente, se quiere mejorar su situación, todos debemos asumir nuestras responsabilidades.
“Los esposos, los padres, la Iglesia, los colegios, deben cumplir su misión, pero también el Gobierno debe promulgar leyes que favorezcan y estimulen la vida familiar. Los temas de la vivienda digna, de la estabilidad laboral son muy importantes. Todos debemos unir fuerzas y entender que si la familia funciona bien, si la familia es fuerte, toda nuestra sociedad chilena funcionara bien y será fuerte” añadió.

El cierre del relanzamiento estuvo a cargo del obispo auxiliar de Santiago y vicario general, monseñor Ricardo Ezzati quien planteó la necesidad de ver el contexto chileno como oportunidad de inculturar en la sociedad el don del matrimonio y de la familia

“La invitación que yo quisiera hacerles es a mirar la crisis actual como un momento de gracia que nos va estimulando a hacer presente en la sociedad chilena el don que el Señor nos otorga. Es la oportunidad de inculturar en nuestra sociedad, multicultural, el don inmenso, que el Señor nos ha regalado, que es la familia sustentada en el matrimonio”.

Para lograrlo, indicó, es fundamental el anuncio de la verdad del matrimonio, el testimonio de su belleza y la certeza de la gracia que acompaña esta dimensión de la vida cristiana.

Fuente: Iglesia.cl

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