Hace más de veinticinco años, los niños guatemaltecos vienen sufriendo un genocidio silencioso y continuo. El hambre, la desnutrición, la exclusión social, los crímenes de lesa humanidad y la impunidad son las principales causas de esa masacre sobre todo, a niñas y niños está diezmando Mayas.
Con el objetivo de detener esta situación y castigar a los culpables el Tribunal Internacional sobre la Infancia, por medio de su presidente, el argentino Sergio Tapia, también Promotor Internacional de Derechos Humanos del Tribunal Internacional de Consciencia, está apelando a la comunidad internacional para que el sufrimiento vivido por miles de personas, principalmente mujeres y niños, llegue a su fin.
En la década del 80, durante los gobiernos genocidas, los niños eran sometidos a métodos crueles como fracturas de cráneo, aplastamiento contra la pared y el prenderles fuego el cuerpo estando vivos. Muchos fueron quemados en presencia de sus padres. Los que no fueron asesinados pasaron por varios tipos de tortura y humillaciones, como el estupro. Los crímenes son atribuidos, principalmente, al Ejército Guatemalteco y a las fuerzas de seguridad, cerca del 93%.
Gran parte de los asesinos continúa impune.
La mayor parte de las víctimas de ese sufrimiento era y son Mayas. Cerca del 83% de los que sufrieron agresiones o fueron muertos pertenecían a esa etnia. El 17% restante eran latinos. Hasta hoy, los Mayas siguen siendo diezmados, ahora también por la falta de nutrientes y alimentos básicos, según Sergio Tapia, crímenes de lesa humanidad.
Entre las décadas del 80 y 90 también era común la violación de mujeres y niñas. Un tercio de las víctimas de abusos sexuales era menor de diecisiete años y el 35% sólo tenían once años. Las víctimas eran llevadas generalmente a escuelas e iglesias, donde eran estupradas. Esta perversidad más cruel era realizada por el Ejército, por las fuerzas de seguridad y por los grupos paramilitares, con la complicidad y el apoyo de los sectores empresariales, racistas y esclavistas del país.
En este mismo período, entre 100 mil y 150 mil niños quedaron huérfanos. El paradero de esos sobrevivientes fue la venta a familias de otros países. Hasta inclusive los que todavía tenían parientes eran robados de sus casas y vendidos. Para no ser encontrados, les falsificaron nuevos nombres. También estos actos son de la responsabilidad del Ejército Guatemalteco.
Los secuestros, estupros y asesinatos practicados durante la guerra continúan ocurriendo y la comunidad sigue denunciando, en la esperanza de ver estos actos criminales terminar. Sin embargo, todo se realiza a la luz de la impunidad y la población, sobre todo, mujeres y niños continúan sufriendo las consecuencias.
Hambre
El hambre es otro villano que necesita ser combatido en Guatemala. Desde hace años, el país pasa por una crisis humanitaria y millones de niños y niñas mueren de hambre antes de cumplir cinco años. Esta situación demuestra la necesidad de prestar mayor atención por parte de los gobiernos y de los sectores económicos de la sociedad.
Sensibilizados con la situación de miseria en que se encuentran más de 400 mil familias guatemaltecas, Brasil, México y Venezuela ofrecieron ayuda para intentar apaciguar la crisis alimentaria. Los países enviaron granos básicos como arroz y otros productos excedentes de su producción. Además de esta ayuda, el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas y la Unión Europea están unidos con la intención de combatir el hambre en Guatemala.Según datos del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas, el 50% de los niños guatemaltecos hasta los doce años padece de algún grado de desnutrición y el caso más dramático es el de los menores del llamado "corredor seco" que integran los departamentos del Progreso, Zacapa, Chiquimula, Jalapa, Jutiapa, Santa Rosa y Baixa Verapaz, donde el 1,3 % corre riesgo de morir de hambre. Oficialmente, 25 niños ya fallecieron este año
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