¡Hola a todos los que ingresan a este blog!
Realmente ha sido un día con mucho trabajo, razón por la cual recién estamos iniciando este contacto diario con ustedes.
Que el Señor protega y cuide a nuestras familias.
durante toda esta semana.
Ya son las 21 horas en este Santiago de Chile y hemos tenido un día muy caluroso (imaginamos que sobre 30°C).
Impacto ha causado las declaraciones del Senador de la Democracia Cristiana, Jorge Pizarro, quien ha replicado las críticas de Monseñor Goic, Presidente de la Conferencia Episcopal Chilena. Más adelante tendrán la noticia
Los queremos invitar a tener un encuentro con el Señor de la Vida, en lo que queda de esta noche, para lo cual los invitamos a leer lo dicho por Anselm Grün, en su publicación "El libro el Arte de Vivir"
QUÉDATE DENTRO DE TI
San Benito ve en la stabilitas -permanencia fija, estabilidad del monje- el remedio adecaudo para las enfermedades de su tiempo. Era la época de las migraciones constantes y los desplazamientos masivos de los pueblos, con la consiguiente inseguridad. Para Benito la stabilitas significa que el monje permanece para siempre en la comunidad en la que ingresa.
Esto, a su vez, significa que es como un árbol que necesita echar raíces para crecer. Los trasplantes repetidos entorpecen su desarrollo o lo frenan por completa.
La stabilitas significa, ante todo, la permanencia en sí, la perseverancia en la celda en presencia del Señor. Dice el abad Serapión: "Hijo, si deseas aprovechar espiritualmente, permanece en tu celda ocupado de ti y de tu trabajo manual.
El mucho salir no favorece tanto como la quietud tu progreso espiritual"
Se cuenta otra historia del desierto que resulta muy actual también hoy:
"Un hermano vino al desierto a visitar al viejo monje Moisés con ganas de recibir de él un buen consejo. El viejo le dijo: "Anda, ve a tu celda y siéntate. La celda te lo enseñará todo".
Y hay todavía otra historia de monjes que demuestra gran sabiduría y un profundo conocimeinto del alma:
"Vino alguien al monje Arsenio y le dijo: "Mis pensamientos me torturan. Me sugieren cosas como éstas: tu no puedes ayunar ni trabajar; dedícate a visitar a los enfermos; también eso es caridad". Pero el anciano, que conocía bien la marca de los demonios, le respondió: "Vete, come, bebe, duerme bien y no trabajes. pero no abandones nunca tu celda". Sabía muy bien que la permanencia en la celda piede poner en orden toda la vida del monje"
¿Qué mensaje nos trasmiten estas viejas anécdotas? Que el monje puede hacerlo todo. No necesita práxticas ascéticas. Tampoco necesita orar; le basta con permanecer en su celda para que algo empiece a transformarse en él y se establezca el orden interior. La celda le confronta con su caos interior, que se hace visible en el silencio. Ya no será capaz de evadirse de él.
Que descansen, en compañía del Señor de la Vida.
Nosotros eguirenmso un rato más.
Un abrazo en Cristo
Roberto y Ruth
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