El obispo Blair responde a sor Farrel de la LCWR
MARIA TERESA PONTARA PEDERIVAROMA
El que ataca por la radio, por la radio muere, se podría decir. A una semana de la entrevista que sor Pat Farrel, presidenta de la LCWR (la organización que agrupa a la mayoría de las mojnas de los Estados Unidos y que está bajo la mirada del Vaticano), concedió a la NPR durante un programa con un alto índice de audiencia, llega la respuesta por el mismo medio por parte de uno de los obispos encargados del “examen” de las posturas de las religiosas.
En realidad muchos pensaban que había una respuesta directa en la reciente entrevista del nuevo prefecto de la Doctrina de la Fe, Müller, a “L’Osservatore Romano”, en la que afirmó la necesidad de «superar los choques ideológicos», provengan de donde provengan, para reforzar la confianza «recíproca en vez de trabajar los unos contra los otros».
Ahora, a sor Farrel y hermanas les responde directamente mons. Francis Blair de Toledo, Ohío (que ayuda a J. Peter Sartain de Seattle), por las frecuencias de “Fresh Air”. Su tesis es la misma de Roma: la LWCR «promueve unilateralmente un nuevo tipo de teología que no se conforma con la teología oficial». Por ello, se declara disponible para «educar a las hermanas al respecto, tratando de responder sus preguntas y preocupaciones sobre algunos temas». Que serían la planificación de los nacimientos, la homosexualidad y el papel de las mujeres, sobre el cual mons. Blair fue muy claro: «no hay medias tintas».
Blair, citando al Papa Juan Pablo II, explicó que sin una defensa extenuante del derecho a la vida, los demás se revelan falsos e ilusorios. Está de acuerdo con la necesidad de na planificaciónfamiliar, pero no mediante anticonceptivos artificiales, sino, mejor, gracias a métodos naturales, por lo que las «religiosas deberían ser las primeras en impulsar esta campaña» (la que promueven los obispos estadounidenses y que termina el próximo domingo».
También afrontó el tema del sacerdocio femenino: «la Iglesia no niega la ordenación femenina porque considera que las mujeres no son adecuadas para desarrollar las funciones de un sacerdote, sino porque es una decisión de nuestro Señor y la práctica eclesial vigente desde hace dos mil años no es solo una decisión arbitraria y machista».
«Es fundamental insistir en que la historia de las religiosas estadounidenses es absolutamente excepcional y desconcierta que este capítulo se lea como una falta de reconocimiento para con ellas por parte de los obispos o de la Santa Sede. Al contrario, estamos preocupados por la disminución de su numero y por el aumento de la edad promedio».
«Si alguien cree que el escándalo de los abusos que ha manchado a nuestra Iglesia puede impedirnos hablar o ejercer nuestra responsabilidad de obispos maestros de la fe, se equivoca».
¿Cuál sería la solución? «La LCWR debería reconocer que los obispos tienen autoridad sobre estas cuestiones problemáticas y debería estar dispuesta a que las religiosas afiliadas aprecien y acepten las enseñanzas de la Iglesia al respecto».
Vatican Insider
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